El épico Super Bowl LI, que coronó a Tom Brady como el mariscal de campo más ganador en la historia de la NFL, se vivió de manera especial en el Super Bowl Experience de la Ciudad de México.
Entre camisas de diversas franquicias de la liga, los fanáticos mexicanos disfrutaron del espectáculo que en Houston se desarrollaba. Al fin de cada cuarto, las bellísimas porristas de los Seattle Seahawks enmudecían a los espectadores con sus movimientos.
Los seguidores de los Patriots parecían reducirse mientras el tiempo transcurría; la ventaja de los Falcons se sentía agria en el ambiente y la remontada (que al final se dio), lucía inalcanzable.
“Hoy los Patriotas nos enseñaron a luchar hasta el final”, comentó un seguidor de Nueva Inglaterra mientras Brady alzaba su quinto Vince Lombardi en la pantalla del lugar.
Entre botanas, hamburguesas, cervezas y un ambiente totalmente diferente al que se impuso durante los primeros tres cuartos del encuentro, los Pats de Belichick y Brady -al final del primer tiempo extra en la historia de los Super Bowls- detuvieron el tiempo en la Ciudad de México.