Interno, es el nombre de un restaurante que se ha popularizado en la ciudad colombiana de Cartagena, pero este tiene una peculiaridad: se ubica dentro de una cárcel y es atendido por las reclusas.
Cerca de 180 mujeres viven dentro de la Cárcel Distrital de Mujeres de San Diego, en pleno centro de la ciudad donde fue inaugurado el restaurante a mediados de diciembre.
El restaurante es atendido por 25 mujeres entre meseras y cocineras.
“Esto es como una segunda oportunidad, pero una que ha traído mucha economía dentro de la cárcel”, asegura Isabel Bolaño, de 62 años, ex miembro del extinto grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia, AUC.
Durante el pasado Hay Festival Cartagena 2017, a finales de enero, Interno superó los 100 comensales a quienes no les importó ingresar a la prisión para degustar los platillos preparados por las reclusas por unos 30 dólares.
En el menú: “Carimañolas de queso y carne”, el “Encocado de camarón”, “Posta cartagenera con arroz con coco”-una carne de salsa negra que se deshace en la boca-, o la “Pesca del día con vegetales de la huerta”… que efectivamente, está acompañado de verduras y frutos cosechados en su propia huerta dentro de la cárcel.
Además las internas reciben un arduo entrenamiento en procesos alimenticios, de etiqueta, de cultivo de alimentos, que recibieron antes de abrir el restaurante, tanto como el trabajo y el contacto con gente de afuera de la cárcel.
Igualmente, consiguen una rebaja de un día en su condena por cada día que trabajen en el restaurante. (JMS)