Respecto a que hará Donald Trump con el terrorismo sigue siendo un misterio: ha dicho simplemente que lo “eliminará de la tierra” sin decir cómo. Sin detallar el monto de la inversión, ni la clase de equipos, el Presidente prometió en su primer discurso a las tropas de EU en la base aérea McDill en Tampa (Florida), donde tienen sede los mandos de operaciones especiales con competencias en la guerra contra el terrorismo, que va a “recargar” estas instalaciones “con hermosos aviones nuevos” para derrotar al terrorismo radical islámico.

 

 

Pero instó a los demás miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a sumarse a este esfuerzo y hagan una contribución financiera “completa y adecuada”.

 

Trump, que durante la campaña electoral ya había criticado esa situación y llegó incluso a considerar “obsoleta” a la OTAN, expresó su deseo de trabajar en conjunto con esta fuerza multilateral.

 

 

“Estados Unidos y sus aliados los derrotaremos. Los derrotaremos. Derrotaremos el terrorismo islámico radical”, expresó Trump, quien confirmó su asistencia a la Cumbre de la OTAN en Bruselas, prevista para mayo próximo.

 

 

El Presidente no se refirió directamente a su medida ejecutiva migratoria que prohíbe la entrada al país de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, que fue bloqueada este fin de semana en las cortes. Sin embargo, aseguró que se requieren “fuertes programas” para que aquellos que quieran a EU puedan entrar al país, y aquellos que lo quieran destruir “se mantengan afuera”.

 

 

En ese sentido, los estados de Washington y Minnesota dijeron ayer ante un tribunal de apelaciones que el veto a inmigrantes musulmanes y refugiados desatará el “caos”.

 

 

Gogle, Apple, Facebook, Microsoft, Twitter y otras 92 grandes empresas también presentaron una moción legal para sumarse a la causa contra el veto migratorio alegando que es un ataque directo no sólo a sus valores sino también a su negocio, pero todavía no habían tomado una acción legal.

 

Persona non grata en Parlamento

 
El presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow,  se opuso a la posibilidad de que el magnate republicano hable en el Palacio de Westmister de Reino Unido durante la visita, sin fecha aún, a la que fue invitado por Theresa May; Bervow se justificó diciendo: “creo firmemente que nuestra oposición al racismo y al sexismo, así como nuestro apoyo a la igualdad ante la ley y la independencia judicial, son asuntos extremadamente importantes para la Cámara los Comunes”.