No hay nada mejor que la victoria, y ayer los New England Patriots lo confirmaron a su llegada a Boston; ahora más que nunca vale la frase: “No hay quinto malo”. A bordo de autos de la Segunda Guerra Mundial, los integrantes del equipo campeón de la NFL saludaron a cientos de miles de fanáticos que esperaron durante horas para ver de cerca a sus ídolos.
Luego de la remontada más grande en la historia del Super Bowl, Tom Brady lucía relajado y divertido como jamás se había visto. Fue una versión del marido de Gisele Bündchen muy madura; besó una y otra vez el trofeo Vince Lombardi.
Era tal el buen humor de los monarcas de la NFL, que el ala cerrada Rob Gronkowski atrapó una lata de cerveza, la abrió y se tomó un buen sorbo, pero lo que causó más vítores fue que la azotó de la misma manera en que celebraba sus anotaciones.
Como es usual en los festejos de Patriots, cinco en los últimos 16 años, el equipo desfiló en vehículos anfibios de la Segunda Guerra Mundial y eso le dio un toque distinto, pues siempre los conjuntos campeones salen a celebrar a bordo de un autobús descubierto, pero ahora los monarcas prefirieron saludar a sus fans desde autos muy particulares.
Más de 200 mil aficionados, y otros no tanto, salieron a las calles de Boston para captar una imagen de un equipo que hizo historia y ahora quedará entre los mejores.
A pesar de la intensa nevada que cayó sobre las calles, no impidió que los monarcas y sus aficionados entraran en una comunión muy pocas veces vista. A la gente y a los jugadores no les importó la temperatura de menos 18 grados centígrados ni tampoco la espera de varias horas para aplaudir y gritar con Brady y compañía.
Partido Millonario
El Super Bowl LI recibió más dinero en las casas de apuestas de Nevada que cualquier otro en la historia de la NFL. Los casinos de Nevada ganaron 10.93 millones de dólares de un récord de 138.48 millones apostados en el evento, anunció la junta de control de juegos.