BRUSELAS. La eventual renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), planeada por el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentaría a México la oportunidad de tener un acuerdo “significativamente mejor”, dijo un ex consejero diplomático de la Casa Blanca.

 

“Paradójicamente, la revisión del TLCAN puede presentar una de las mayores oportunidades”, afirmó William McIlhenny, analista del centro de reflexión The German Marshall Fund of the United States, quien fue director para América del Norte del Consejo de Seguridad Nacional estadunidense durante el primer mandato de George W. Bush.

 

McIlhenny argumentó que las economías mexicana y estadunidense “han cambiado mucho” en los últimos 20 años, tornando obsoleto el pacto comercial firmado entre México, Estados Unidos y Canadá en 1992.

 

“Podemos tener la oportunidad de sacar algo significativamente mejor, incorporando muchos de los conceptos actualizados ya acordados en el abandonado Acuerdo Transpacífico”, acreditó.

 

Entre los puntos que se pueden mejorar, el analista mencionó una política de armonización más completa, mecanismos de implementación más fuertes y justos, y normas laborales y medioambientales más ambiciosas.

 

Para el ex consejero de la Casa Blanca, la integración económica en América del Norte ha beneficiado “extremadamente” a los tres países y sigue ofreciendo “enormes” ventajas a día de hoy.

 

México “ha aprovechado con éxito las ventajas del TLCAN para transformar su economía, modernizar instituciones e impulsar globalmente su posición competitiva”, afirmó.

 

El país debe ahora “emplear términos nuevos, actualizados y específicos” para convencer a Trump de que el pacto sigue sirviendo a los mayores intereses y objetivos de todas las partes en el mundo actual, sea en materia de competitividad, crecimiento o seguridad.

 

“Creo que, en el caso de EU y México, hay argumentos arrolladores y amplio espacio para un acuerdo que puede ser ventajoso para los intereses de ambos países”, afirmó McIlhenny.

 

Hay muchos poderosos intereses en Estados Unidos, incluyendo empresas y gobiernos locales, que entienden cómo la relación económica con México es críticamente importante. Y ellos tienen ideas para mejorar los detalles y mecanismos de esa relación”, sostuvo.

 

El analista señaló que el propio gobierno mexicano pedía “hace tiempo” un TLCAN “mejor y actualizado”.

 

“La cosas empezaron mal (con la nueva administración estadunidense) por causa de sentimientos duros y retórica sobre el muro” de separación que Trump pretende construir en la frontera entre su país y México, imputando el costo al gobierno mexicano.

 

McIlhenny defendió que los mexicanos deberían “superar el shock del cambio substantivo y estilístico” imprimido por Trump y “concentrarse de manera creativa en ideas y oportunidades específicas que puedan remodelar el debate bilateral en el sentido de dar un mejor acuerdo a ambas partes”.

 

El refuerzo de las relaciones mexicanas con Canadá y la Unión Europea (UE) podría reforzar la posición negociadora del país ante Washington a la hora de redefinir sus intereses comunes, sugirió el analista.

 

No obstante, McIlhenny advirtió que es “imperativo”, tanto estratégica como tácticamente, que México disponga de un plan B para el caso de que las relaciones con Estados Unidos se descarrilen.

 

“Si ello ocurre, México debería aprovechar más sus identidades pacífica, atlántica y latinoamericana. En todas esas arenas el país tiene mucho a ofrecer”, señaló.

 

Por otra parte, apoyarse en la UE o en China sería arriesgado para el gobierno mexicano, ya que ambos “también necesitan reconciliar complicadas realidades domésticas y desafíos geoestratégicos e incentivos que están evolucionando rápidamente”.

 

El analista consideró que el nuevo secretario de Estado estadunidense, Rex Tillerson, será un buen interlocutor para el gobierno mexicano, con un “conocimiento sofisticado de la importancia de la relación” entre ambos países.

 

“Debido a su largo liderazgo en (la transnacional petrolera) Exxon, creo que (Tillerson) tendrá un entendimiento particularmente astuto y profundo del tipo de desafíos a los que se enfrentan importantes países productores de energía, como México”, argumentó.

 

“Su conocimiento del arduo camino de México hacia la reforma energética, por ejemplo, me lleva a creer que tiene una percepción clara de las realidades social y política en México”, puntualizó McIlhenny.