Tengo un amigo, sin duda es una persona muy bien enterada, que estuvo el fin de semana pasado en Estados Unidos, y como medida preventiva para pasar por la ventanilla de migración del aeropuerto, borró todos los memes que tenía de Donald Trump.
Y es que desde hace algunos días hay un rumor que habla de la revisión exhaustiva que hacen los agentes migratorios estadunidenses de los teléfonos inteligentes de los mexicanos que pretenden llegar a Estados Unidos.
De acuerdo a esto, los oficiales, que tienen la facultad de meter mano en el celular, tableta o computadora de quien llega a su país, buscaban memes que ridiculizaran al Presidente de la Unión Americana, Donald Trump, y si los encontraban retiraban la visa al mexicano y lo deportaban.
Algunos voceros y promotores de los republicanos en México ya desmintieron esto. Sin embargo, hay un caso documentado por la prensa de que efectivamente algo así sucedió en un cruce fronterizo en Tijuana, Baja California.
Entre los múltiples sentimientos que despierta entre los mexicanos el gobierno de Donald Trump está el enojo, pero también el temor de viajar a Estados Unidos. Hay un segmento de turistas que hoy decide no trasladarse a ese país para no tener que enfrentar algún desdén de la autoridad migratoria, alguna grosería de algún supremacista blanco o cualquier otro contratiempo derivado de ese ambiente enrarecido que ha generado el gobierno de Trump.
Ayudan en la generación de ese sentimiento de zozobra muchas actitudes del gobierno mexicano, como por ejemplo llevar al Presidente al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México a recibir a un centenar de mexicanos deportados. La foto es poderosa y contribuye a fomentar ese temor.
Hay una empresa de viajes en línea que se llama Hopper, la cual reporta que la demanda de búsqueda de vuelos desde México para viajar a Estados Unidos ha bajado en 21% en lo que va del año.
Además de que con los dólares arriba de los 20 pesos es más difícil que se genere un gran interés por viajar a la Unión Americana.
Hay alguna parte de la población que por cuestiones personales o de negocios simplemente no puede renunciar al cruce fronterizo. Ellos tendrán de primera mano la confirmación de que hay un ambiente enrarecido de manera generalizada o, bien, de que simplemente y a pesar de Trump, no pasa nada.
Donald Trump insiste en que su idea del muro no es una broma, insiste en su discurso agresivo en contra de los mexicanos y ese tono sostenido es materia prima indispensable para generar toda clase de historias de terror de los paisanos en Estados Unidos.
Está también documentado que en las calles, en la vida cotidiana, se han incrementado las acciones hostiles hacia cualquier persona que parezca “mexicano”, y seguro que no serán pocos los turistas que si pueden, se van a ahorrar esas humillaciones.
Al final, los más afectados al perder a estos viajeros serán los propios estadunidenses.