CIUDAD DEL VATICANO. “Hay corrupción en el Vaticano, pero yo estoy en paz”. Lo dijo el papa Francisco el 25 de noviembre último en un encuentro con 140 Superiores Generales de Ordenes y Congregaciones religiosas masculinas. Entonces hubo preguntas y respuestas que fueron transcriptas por el padre Antonio Spadaro, director de la revista La Civiltá Cattolica, que para su edición número 4000, que saldrá mañana, publicó la versión integral del diálogo.
“No tomo ningún tranquilizante. (…) Cuando hay un problema, le escribo una nota a San José y la pongo debajo de una figura que tengo en mi cuarto”, dijo.
“Por eso duermo tan bien por la noche: es la gracia de Dios”, dijo y aseguró sentirse mucho más tranquilo que cuando era arzobispo en Buenos Aires.
La Iglesia católica fue sacudida hace unos años por un escándalo de abusos cometidos durante décadas en varios países. Francisco adoptó desde el inicio de su papado medidas para combatirlo. Pero hace poco tiempo el Vaticano ha vuelto a ser acusado de ocultar los abusos en la Iglesia. Según un libro del periodista italiano de investigación Emiliano Fittipaldi, Francisco no hace lo suficiente contra los párrocos pederastas.
En el diálogo con los superiores, ante una pregunta sobre los casos de abusos sexuales, Francisco también aseguró que se trata de una “enfermedad”.
“Si no nos convencemos de que es una enfermedad, no podremos solucionar el problema”.
“Es obra del diablo”, dijo también, sobre los casos de párrocos o miembros de órdenes involucrados en abusos.