BERLÍN. El exministro de Asuntos Exteriores de Alemania y candidato del gobierno de coalición, Frank Walter Steinmeier, fue elegido hoy presidente de Alemania por mayoría absoluta en la Asamblea Federal.

 

La Canciller Federal, Angela Merkel, declaró que Steinmeier es ahora el nuevo presidente de Alemania en tiempos difíciles.

 

Steinmeier obtuvo 931 votos a su favor de los mil 253 delegados de la Asamblea Federal, organismo cuya única función es la elección del presidente cada cinco años y que está formado por los diputados del Bundestag (Cámara baja) e igual número de representantes de los estados federados.

 

“Confío ampliamente en que sabrá acompañar al país durante estos tiempos difíciles en su nueva función”, dijo Merkel tras destacar que el político socoaildemócrata mostró tener sensibilidad en situaciones complicadas.

 

“Es un hombre al que la gente puede acudir y que puede lograr consensos por sobre los partidos políticos”, agregó.

 

Miembro del Partido Socialdemócrata (SPD) Steinmeier hizo carrera como uno de los hombres más próximos al excanciller, Gerhard Schröder.

 

Mantuvo un perfil bajo hasta que dirigió ministerios por primera vez en los gobiernos de Gran Coalición dirigidos por la actual mandataria Angela Merkel, a quien se enfrentó también como candidato a la cancillería en las elecciones de 2009.

 

Nacido el 5 de enero de 1956 en Detmold, en el estado de Renania del Norte Westfalia, ocupó su primer cargo público en 1991 en la cancillería de su estado natal, hasta convertirse dos años después en jefe del despacho personal de Schröder, en ese entonces gobernador de ese estado federado, ocupando varios cargos a nivel regional.

 

Dio el salto a la política nacional en 1998, cuando Schröder fue elegido canciller y Steinmeier se convirtió en secretario de Estado dentro de la Cancillería Federal, antes de pasar a ser el jefe, y responsable de los servicios de inteligencia alemanes, cargo que le granjeó una importante experiencia internacional que sería clave para su futuro.

 

Pero pese a su cercanía con Schröder no ocupó entonces ningún cargo de ministro a nivel nacional y mantuvo un perfil bajo, aunque se le considera actor crucial en las reformas que impulsó el mandatario.

 

Por eso sorprendió cuando en 2005, tras la victoria de Merkel en las urnas y la formación del primero de sus gobiernos de Gran Coalición, Steinmeier fue elegido nada menos que ministro de Exteriores, cargo que ocupó hasta 2009 y que compatibilizó desde 2007 con la vicecancillería alemana, una especie de número dos de la mandataria.

 

En 2009 fue rival de Merkel en las urnas, pero tras su derrota, su partido pasó a la oposición, hasta que en 2013 la canciller se vio de nuevo abocada a una Gran Coalición con los socialdemócratas y Steinmeier volvió a ser su ministro de Exteriores.

 

A nivel europeo también destacó como presidente del Consejo de la Unión Europea en el primer semestre de 2007.

 

Hijo de un ebanista y una obrera, Steinmeier estudió derecho y ciencias políticas, trabajó en la Universidad de Giessen y se doctoró con una tesis sobre personas sin hogar.

 

Casado y con una hija, acaparó los titulares en 2010 cuando se retiró de la política activa para donar un riñón a su esposa y pasó más de dos meses fuera del espectro político.

 

Su partido estaba entonces en la oposición de gobierno de centro derecha de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel con los liberales del Partido Democrático Liberal (FDP), pero pronto empezó a remontar y ganar popularidad para volver al gobierno junto a la CDU en 2013.

 

En la actualidad, Steinmeier ha sido uno de los más duros críticos del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en Europa.

 

Frente a la cautela adoptada por muchos para no ver perjudicadas sus futuras relaciones con Estados Unidos, Steinmeier se atrevió a decir que no era la victoria de Trump el resultado que deseaban la mayoría de los alemanes y lo llegó a llamar “predicador del odio” durante la campaña.

 

En los últimos años como ministro de Exteriores alemán ha tenido un papel muy activo en la resolución de conflictos y crisis internacionales, como en la guerra de Ucrania, el conflicto entre israelíes y palestinos o la difícil situación en Turquía.

 

También se ha implicado en la actualidad latinoamericana, enviando por ejemplo un fuerte signo por La Paz en Colombia. También ha realizado viajes oficiales en su último mandato a México, Argentina, Cuba, Brasil y Perú.

 

Steinmeier ocupará ahora un cargo con funciones casi meramente ceremoniales pero de gran importancia representativa, protocolaria y una instancia moral, siendo la máxima autoridad al frente de la jefatura del Estado alemán.

 

Sucede a Joachim Gauck, que no quiso permanecer un segundo mandato en el puesto en el que si bien tiene poco poder político, cuenta con un gran poder de influencia y orientación con sus discursos.

 

El presidente no interfiere en los asuntos y el ejercicio del gobierno, que es competencia exclusiva del canciller federal, pero puede tener un papel clave en caso de crisis políticas.

 

Además nombra a miembros del gobierno, jueces y funcionaros de alto rango. También es responsable de designar y nombrar al candidato a la cancillería después de que haya sido votado por el Parlamento. Tiene funciones de control, de ratificación de las leyes y de tratados internacionales, como máximo representante de Alemania fuera del país.

 

Steinmeier quien goza de gran popularidad en el país, con el 59 por ciento de aprobación contra el 19 por ciento, con su nombramiento como presidente, fue descartado para enfrentar a Merkel en los comicios del próximo 24 de septiembre.

 

Para esa contienda electoral su partido, el SPD, decidió apostar por otro hombre con amplia experiencia y carrera internacional: el expresidente del Parlamento Europeo Martin Schulz.

 

 

OR