Las dudas en la Casa Blanca acerca de que Michael Flynn, un teniente general retirado que ha asesorado a Trump sobre política exterior desde la campaña electoral, aumentaron después de que salieran a la luz informes de prensa sobre sus conversaciones con el embajador ruso en Estados Unidos, Serguei Kislyak.
Según el diario The Washington Post, Flynn habló con Kislyak en varias ocasiones durante los dos meses previos a la llegada al poder de Trump en enero, y conversó con él sobre las sanciones impuestas a Moscú por el gobierno del entonces presidente Barack Obama.
Esa información, publicada el jueves pasado, se contradice con lo expresado por varios altos funcionarios de Trump, incluido el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, quienes negaron que Flynn hubiera abordado el tema de las sanciones con el embajador ruso.
Pence y otros funcionarios de la Casa Blanca, que defendieron a Flynn luego de que él les asegurara en privado que no habló de las sanciones con el embajador ruso, están ahora indignados con él, según informan los principales diarios del país.
The New York Times aseguró que Trump siguió de cerca la reacción de políticos y medios de comunicación a las conversaciones de Flynn con Moscú, y el Post indicó que el Presidente expresó en privado su frustración por la polémica.
Steve Bannon, un asesor considerado la mano derecha de Trump, opina que es mejor mantener a Flynn en el cargo pero “estar preparados” para despedirlo si los problemas continúan, según fuentes consultadas por The Wall Street Journal.