PEKÍN.- Tres supuestos delincuentes mataron a cinco personas e hirieron a otras cinco en la conflictiva región china de Xinjiang (oeste) poco antes de que la policía abatiera a los atacantes, que estaban armados con cuchillos, informaron este miércoles las autoridades.
Se trata del último brote de violencia en esta región, un foco habitual de conflictos entre ciudadanos de la minoría étnica uigur, de religión musulmana, y de la han, la mayoritaria en el país y predominante en el Gobierno chino.
Según un comunicado del Ejecutivo regional publicado esta mañana en internet, el suceso ocurrió por la tarde del martes en la comarca de Pishan, en el sur de Xinjiang.
Al parecer, los supuestos delincuentes atacaron con cuchillos a diez personas, y cinco de ellas fallecieron a consecuencia de las heridas y otras cinco han sido hospitalizadas. La policía se desplazó rápidamente al lugar de los hechos y mató a los tres atacantes a su llegada, según la versión oficial.
Las autoridades aseguran que la zona ya ha vuelto a la normalidad e informan de la apertura de una investigación, sin dar más detalles sobre los supuestos agresores o el suceso.
La violencia en la región Xinjiang, que comparte frontera con Afganistán, Pakistán o India, ha resultado en la muerte de varios cientos de personas en los últimos años, en ataques de todo tipo de los que la prensa oficial (o el Gobierno) informa habitualmente con retraso y sin proporcionar mucha información.
El último de ellos se produjo a principios de enero, cuando las fuerzas de seguridad chinas mataron a tres sospechosos de haber participado en un ataque terrorista durante un tiroteo en la ciudad de Hotan, una de las urbes donde se han vivido mayores enfrentamientos en los últimos años.
El Gobierno chino considera todos los sucesos atentados terroristas, llevados a cabo por islamistas de etnia uigur que buscan la independencia de Xinjiang y que cuentan, según Pekín, con vínculos yihadistas en el extranjero.
Uigures en el exilio ponen en entredicho la versión oficial y consideran que la violencia es consecuencia de la represión del régimen comunista en la región.
Dilxat Raxit, uno de los portavoces del Congreso Mundial Uigur más conocidos, consideró hoy en un comunicado enviado a Efe que, en Xinjiang, no hay forma de “protestar de manera pacífica” y advirtió de que actualmente “cualquier provocación puede derivar en un enfrentamiento”.
Tras este último suceso en Pishan, que Dilxat Raxit atribuye a la “extrema represión” del régimen comunista, el portavoz urgió a la comunidad internacional a presionar a China para que reflexione sobre sus políticas contra los uigures.
DCA