WASHIGNTON. El presidente de EU, Donald Trump, pidió la dimisión de Michael Flynn como su asesor de Seguridad Nacional porque perdió la confianza en él tras las revelaciones sobre sus contactos con Rusia, según indicó hoy el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.
En su rueda de prensa diaria, Spicer negó que la salida de Flynn se deba a una cuestión “legal” por sus conversaciones con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak, sobre cuyo contenido mintió al vicepresidente, Mike Pence, y a otros altos cargos del Gobierno.
El portavoz explicó que Trump fue informado semanas atrás de que Flynn no había dicho la verdad sobre sus contactos con Kislyak y, después de evaluar el asunto, el nivel de confianza en su asesor “se erosionó” hasta el punto de que sintió que “tenía que hacer un cambio”.
Hasta ahora, no estaba claro si Trump estaba al tanto de que el Departamento de Justicia advirtió a finales de enero a la Casa Blanca de que Flynn podía estar en una posición comprometida por sus contradicciones sobre sus contactos con Kislyak, e incluso ser vulnerable a posibles chantajes del Kremlin.
Pero hoy Spicer contó que Trump sí fue informado al respecto desde el principio y, aunque concluyó junto con su equipo legal que no hubo violación de la ley por parte de Flynn, decidió pedirle la renuncia por una “cuestión de confianza”.
El relato de Spicer contrastó con el de una de las consejeras más cercanas a Trump, Kellyanne Conway, quien el lunes, horas antes del anuncio de la dimisión, dijo que Flynn contaba con la “plena confianza” del presidente y hoy comentó que el ya exasesor presentó la renuncia por voluntad propia.
Flynn, un general condecorado que asesoró a Trump en política exterior durante su campaña, mantuvo conversaciones con Kislyak durante el periodo de transición entre el Gobierno del expresidente Barack Obama y el actual, e incluso antes de las elecciones presidenciales del 8 de noviembre.
Algunas de esas llamadas telefónicas fueron interceptadas y, según las transcripciones, Flynn y el embajador ruso hablaron de las sanciones contra el Kremlin que el expresidente Obama impuso antes de dejar la Casa Blanca como represalia por la supuesta injerencia rusa en las elecciones estadounidenses.
Mientras los rumores sobre el contenido de esas llamadas recorrían los despachos de Washington, Flynn aseguró a Pence y a otros altos cargos del Gobierno que con Kislyak no había hablado de las sanciones contra Rusia.
Hoy, Spicer negó rotundamente que Trump instruyera a Flynn a tratar con el embajador ruso el tema de las sanciones.
JMS