¿Por qué reaccionó Miguel Ángel Mancera con tal virulencia frente a Miguel Torruco para que, sin mayores miramientos, lo emplazara a renunciar?
¿Fue una reacción visceral? ¿Fue meramente producto del berrinchote que hizo cuando El Universal publicó el apoyo de su secretario de Turismo a Andrés Manuel López Obrador?
¿Fueron celos políticos los que llevaron a Mancera a correr a Torruco?
¿Se debió a la presión –“calentada de cabeza”- de su círculo cercano, ése que trabaja para que el jefe de Gobierno se lance por la Presidencia de la República? ¿Sigue Mancera obsesionado con llegar a Los Pinos?
¿Está tratando de contener una desbandada de funcionarios y trabajadores del GDF a Morena?
Distintas respuestas y comentarios van y vienen al respecto por pasillos y oficinas del Gobierno de la Ciudad de México. Sean cuales sean las respuestas, algo les queda claro ahí dentro luego del “prepotente cese” (Andrés Manuel dixit) a Torruco: “Ahorita, ni moverse…”.
-¿Si trabajas en el Gobierno de la Ciudad no te puedes mover políticamente?
-Exacto.
Van a aguantar a que se den los tiempos.
Puentes, en vez de muros.- Más allá de las razones que se barajan en torno a los motivos “profundos” que llevaron a Mancera a maltratar a su secretario de Turismo, son varios los que consideran que el jefe de Gobierno cometió “un error”.
Desde su perspectiva, Mancera debió, por un lado, “mostrar tolerancia” ante la diversidad política de quienes trabajan con él y para el Gobierno de la Ciudad; y por otro, mantener abiertos los puentes con López Obrador, ante la alta posibilidad de que Morena gane la CDMX y de que el propio tabasqueño llegue a la Presidencia de la República.
Construir puentes, en vez de levantar muros (al estilo de Trump), es lo que hubieran preferido –y esperado- de su jefe.
Ante esta situación, hay quienes comienzan a volver la mirada hacia el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. Él, junto con Porfirio Muñoz Ledo –consideran- podrían convertirse en puente con el líder de Morena.
Después de todo, un importante lazo histórico los une: los tres –Cuauhtémoc, Porfirio y Andrés Manuel fundaron y dirigieron el PRD (fueron sus primeros presidentes). Y los tres renunciaron a éste.
Zambrano reprocha a los tránsfugas.- “¡Hay que depurar la bancada del PRD en el Senado!”, “¡Que dejen de usar y de beneficiarse de los recursos públicos que están destinados al PRD!”, exigió Jesús Zambrano a quienes han abandonado la bancada del Sol Azteca en el Senado.
Y es que ya son muchos -¿nueve?, ¿diez?- los que abandonan la fracción –originalmente de 19 senadores- que encabeza Miguel Barbosa, pero no necesariamente la bancada perredista.
Ayer fue el guerrerense Armando Ríos Piter quien renunció al PRD, y no tarda en hacerlo la senadora por Quintana Roo, Luz María Beristain.
Dicen que el PRD ya no responde a la sociedad, “pero bien que siguen gozando de las prerrogativas del partido”, acusó Zambrano tildándolos, al menos, de “incongruentes”.
GEMAS. Obsequio de Miguel Ángel Mancera: “¿Salió un tuit? Le mando muchos saludos, que le vaya muy bien a don Andrés Manuel”.