El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, confía que el Tratado de Libre Comercio entre su país y la Unión Europea, conocido como CETA, podrá convencer a otros actores internacionales, como Estados Unidos, de los beneficios de la apertura comercial.

 

En visita al Parlamento Europeo (PE), en Estrasburgo (Francia), Trudeau resaltó que el nuevo presidente estadunidense Donald Trump ha sido elegido con una promesa de responder a los “miedos y ansiedades” de una clase media que “ha visto las oportunidades desvanecerse”.

 

El CETA, ratificado la víspera por la Eurocámara y previsto para entrar en vigor provisionalmente en abril próximo, será “un importante motor de crecimiento económico en el continente en los próximos años”.

 

Además, dijo, mostrará “a qué punto los intercambios comerciales pueden y deben ser benéficos para todos los ciudadanos”.

 

“Seguramente, poder apuntar un ejemplo positivo de comercio será muy importante” a la hora de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), como quiere Trump, dijo Trudeau.

 

“La gran mayoría de las provisiones del CETA empezarán a tener impacto sobre las pequeñas empresas, trabajadores y consumidores en todo Canadá y en la UE, y las personas empezarán a ver inmediatamente los beneficios tangibles de acuerdos comerciales como este”, confió.

 

El objetivo de ayudar a los ciudadanos a “superar sus miedos, creando empleos y oportunidades”, es un “terreno común” que facilita el entendimiento entre gobiernos con “diferentes ideologías”, sostuvo el primer ministro.

 

Tres días después de reunirse con Trump en Washington, Trudeau señaló que las preocupaciones de los electores estadunidenses “no necesariamente divergen” de las de ciudadanos de Canadá y o de la UE.

 

“Debemos trabajar entre gobiernos para crear oportunidades para la clase media, reconocer que hay muchísimas ansiedades en el mundo. Y debemos responder a eso no aprovechando para dar aún más miedo a gente, sino mostrando que podemos tomar acciones concretas para crear oportunidades para todos, que podemos hacer acuerdo en los que todos ganan”, abogó.

 

“Todos nos beneficiamos cuando trabajamos juntos de manera respetuosa y responsable. Ello no quiere decir que tenemos que estar siempre de en todo”, concluyó.

 

La UE y Canadá califican el CETA como el tratado comercial más progresista y ambicioso del mundo y esperan que ayude a incrementar sus intercambios en 12 mil millones de euros anuales.

 

El pacto aún tiene que ser ratificado por los parlamentos de los 28 países europeos antes de entrar en vigor definitivamente.

 

jram