El consumo de “poppers” –el nombre genérico de esta droga inhalable– adulterados podrían ocasionar graves problemas neurológicos y hasta la muerte, advirtió José Ángel Prado García, especialista de los Centros de Integración Juvenil (CIJ).
Los “poppers” son una sustancia que cada vez más es adquirida por mayores de 22 años de edad, porque es inhalada y usada como relajante durante la práctica sexual, comentó el director general adjunto de Operación y Patronatos de CIJ.
Su efecto vasodilatador actúa como relajante sobre los músculos lisos que rodean los vasos sanguíneos, debido a que están compuestos de nitrato de alquilo, y está más asociado con la palabra sexo que con una droga.
Antes eran utilizados con fines médicos para prevenir o tratar angina de pecho o infarto agudo del miocardio, comentó Prado García, quien dijo que es común encontrar los “poppers” en tiendas especializadas en la venta de artículos sexuales, conocidas como “sex-shop”, e incluso en la calle.
Subrayó que esta droga ocasiona dolores de cabeza persistentes, baja presión arterial, taquicardia, mareos, palidez y mayores consecuencias de salud para quienes tienen prescripción de medicamentos antihipertensivos o antidepresivos.
Apuntó que si bien todavía no se han visto otros problemas por su consumo regular, en algunas muestras analizadas en el Centro Toxicológico de Venustiano Carranza detectaron “poppers” adulterados con ácido sulfúrico.
El especialista en dicha materia enfatizó que lo anterior implica mayores riesgos para la salud de los consumidores, sobre todo por la cantidad de dosis inhalada y la sustancia con la que sean alterados, y podría causar quemaduras importantes en las vías aéreas respiratorias altas e incluso hasta la muerte.
García señaló que la falta de estadísticas impide tener un panorama actual de quiénes y cuántos la adquieren para tales fines, empero, estimó que es usada por 20 por ciento más de hombres que tienen sexo con hombres.
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Adicciones, el consumo de inhalables incrementó de 0.5 por ciento, en 2002, a 0.9 por ciento, en 2011, con la población de 12 a 65 años de edad.
En tanto que la Encuesta de Consumo de Drogas en Estudiantes de la Ciudad de México 2012 reveló que la prevalencia del uso de inhalables fue de 10 por ciento.
De 11 mil 941 registros clínicos de entrevista inicial de personas usuarias de sustancias psicoactivas que acudieron por primera vez a consulta a los CIJ durante el segundo semestre de 2012, 38.1 por ciento reportó que los inhalables fueron la droga de mayor consumo alguna vez en su vida.
En cuanto al consumo en el mes previo al ingreso al tratamiento, 16.7 por ciento de las personas encuestadas indicaron que las sustancias más utilizada fueron los inhalables.
Al ser los “poppers” una sustancia regulada, acotó Prado García, limita de alguna manera la intervención de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), pero -aseveró- las autoridades correspondientes realizan operativos por los riesgos que genera a la salud.
También es difícil mirar a pacientes que acudan a los CIJ a buscar ayuda, pues ese tipo de inhalables no causan una dependencia física, puntualizó en entrevista con Notimex.
Pidió a la población evitar adquirir y consumir cualquier tipo de sustancia sin saber su contenido y procedencia. “Es evidente que estas sustancias son vendidas sin ningún tipo de control”, insistió.
Además, el experto consideró que en las escuelas de educación básica y media superior deben brindar mayor información a jóvenes sobre educación sexual y los riesgos de las drogas que circulan en las calles.
Recordó que en Europa se ha registrado un aumento en el uso sustancias o estimulantes para el placer sexual, y añadió que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó a países de América Latina tomar precaución porque “la tormenta va hacía allá”.
jr