El corazón de la Central de Abastos ubicada en la delegación Iztapalapa, resguarda a la planta compactadora y separadora de residuos más grande de América Latina.
En convenio con CEMEX– quien otorgó una inversión de 7 millones de dólares para la construcción de la planta- la Ciudad de México logró entrar a la etapa tres, de cinco que se propuso para convertirse en un lugar 100 por ciento autónomo en el tratamiento de sus deshechos, así lo afirmó el titular de la Agencia de Gestión Urbana de la CDMX, Jaime Slomianaki.
Una vez compactada, CEMEX traslada las pacas de basura a la planta de Tepeaca, en donde entra al último proceso para convertirse en combustible que sirve para alimentar los hornos de la cementera, ayudando a bajar sus niveles de contaminación, a cambio la CDMX paga una cuota simbólica lo cual significa un ahorro monetario considerable.
La Ciudad de México cuenta ahora con cuatro plantas compactadoras que operan a su máxima capacidad, divididas en los predios ubicados en San Juan de Aragón -que procesa 400 toneladas de basura- e Iztapalapa -que procesa 400 toneladas en su fase uno y 600 en su fase dos- generando un total de mil 500 toneladas que son reutilizadas, evitando que lleguen a los rellenos sanitarios principalmente del Estado de México.
jr