Los ministros de Finanzas de la zona del euro se reúnen hoy aquí con la misión de avanzar hacia la liberación de un nuevo tramo de ayuda financiera para Grecia.
Se pretende pactar reformas adicionales que deberán ser emprendidas por Atenas en el marco de su programa de rescate financiero.
Una vez asumidos los nuevos compromisos, los acreedores internacionales – Comisión Europea (CE), Banco Central Europeo (BCE), Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y Fondo Monetario Internacional (FMI) – retomarán la segunda revisión del programa, interrumpida en diciembre.
La conclusión positiva de esa revisión es la condición necesaria para la liberación de los pagos que quedan pendiente y de los que necesita Grecia para enfrentar las deudas que expiran en julio.
Las autoridades europeas esperan que el proceso pueda ser concluido hasta marzo, antes de las elecciones presidenciales de Francia, en abril.
Sin embargo, el gobierno de extrema izquierda del primer ministro Alexis Tsipras se resiste a aceptar más recortes, como exigen sus acreedores, argumentando que la población helena ya ha sacrificado todo lo que pudo.
Tras ocho años de austeridad, los ciudadanos han perdido 40 por ciento de su poder adquisitivo y han visto aumentar en 52 por ciento su carga tributaria.
Cerca de 30 por ciento de los griegos viven actualmente por debajo del umbral de pobreza, 35 por ciento no tiene acceso a la atención médica y 23 por ciento está desempleado.
Atenas tiene a su favor en las negociaciones el mejor que esperado desempeño de la economía en 2016, con un crecimiento de 0.3 por ciento del producto interno bruto (PIB), luego de una retracción de 26 por ciento en los últimos siete años.
En paralelo, el FMI ha trabado con las autoridades europeas una disputa a favor de la reestructuración de la deuda griega, que considera insostenible.
El organismo multilateral alega que sin esa concesión Atenas no logrará jamás alcanzar la meta de 3.5 por ciento de superávit primario una vez que se concluya el actual programa de rescate, en 2018.
jram