Bien sabemos que a los legisladores, el tiempo no les corre. Bueno, a menos de que haya que sacar adelante presupuestos y bonos extraordinarios que se aprueban ellos mismos. Incluso, en algunos casos, cuentan con un instrumento que todos hemos soñado con tener: un reloj legislativo, con la capacidad de detener el tiempo.
Una muestra más de que se toman las cosas con calma es el aplazamiento de la Ley de Seguridad Interior, que pretende regular la forma en que el Ejército y la Marina luchan por desmembrar cárteles y grupos criminales. Para muchos, la iniciativa generada por el PRI abría la puerta a la militarización del país e impulsaba un empoderamiento excesivo de las Fuerzas Armadas, lo que representa una amenaza a las libertades civiles en tiempos en que el “mal humor social” -ese peculiar término- escala peligrosamente.
Por ello, se tomó la decisión de aplazar la discusión, escuchar voces diversas, invitar al ombudsman nacional -cosa que debió haberse contemplado desde el principio- y no firmarle así, un papel en blanco a los mandos militares, que deberán actuar bajo manual e instructivo frente al poderío y sólida estructura que tiene el narco.
¿Tiene esta ley un futuro real? ¿Cómo se puede hacer cumplir? Todo parece indicar que se trata de una iniciativa más cuyo objetivo nació muerto. Quizá sea mejor fomentar la discusión sobre cuál es la estrategia que se debe seguir para reducir la violencia de los cárteles, porque a 10 años de distancia, la “guerra” contra el narco sigue siendo una guerra. Y en las guerras, las reglas no cuentan.

 
Eso sí, dicen que “hay confianza” en que salga este mismo periodo ordinario. Ni hablar; sabia virtud de conocer el tiempo.

 
El Edomex, cerrado, cerrado.
La que, al parecer, ha jugado bien sus tiempos es Josefina Vázquez Mota, quien ayer, finalmente y después de hacerse del rogar, se registró como precandidata del PAN al Gobierno del Estado de México. La ex candidata presidencial esperó hasta saber si los números le favorecían para dar el ansiado sí al partido que comanda Ricardo Anaya. Generó expectativa y se hizo necesaria. Y es que, claramente, ningún otro aspirante panista tendría oportunidad real de ser competitivo en la segunda elección más importante del país.
Todo indica que será una verdadera batalla electoral. Si bien el apellido Del Mazo, de Alfredo, aspirante priista, pesa mucho en la entidad mexiquense, la historia de Delfina Gómez -nacida en Texcoco, maestra, hija de un albañil- ha colocado a la representante de Morena con muy buenos números.
Las encuestas más recientes daban un empate técnico entre PRI-PAN-Morena. En ésta, el PRD no juega. Batalla cerrada, durísima.
Periférico verde se ahoga
No han pasado ni dos semanas, y los flamantes jardines verticales en que se convirtieron las enormes columnas o “ballenas” que sostienen el segundo piso del Periférico ya lucen desgastadas, descuidadas, con plantas que parece que se ahogan. Una excelente idea para dar otro aspecto a nuestra de por sí deteriorada Ciudad de México corre el riesgo no sólo de quedarse en una “buena ocurrencia”, sino de ejemplificar el descuido y la falta de atención y seguimiento que se le dan a las cosas en la ciudad capital.
Aquí nos leemos, sin muros.