El discurso anti-Trump que Miguel Bosé expresó el domingo pasado, durante su concierto en la plancha del Zócalo capitalino, fue un acto “solidario, pacífico y de concordia”.
“Hay hombres que se tiñen de rubio y les da por levantar muros. No es el mundo que yo quiero para mis hijos”, expresó el astro español aquella noche ante miles de personas que se reunieron en la plaza pública más importante de México.
Bosé se dice un hombre de paz, así que cuando hay que hablar de ella, lo hace directo y sin escalas. Junto al colombiano Juanes, el cantautor fundó en 2008 la organización Paz sin fronteras, bajo la premisa de unificar Sudamérica tras una crisis diplomática que sostuvieron Ecuador, Colombia y Venezuela, y ha dedicado varios años de su vida a trabajar en pro a diversas causas latinoamericanas.
“Todas estas faltas de solidaridad, y esos impedimentos de que el exiliado o inmigrante tenga la posibilidad de rehacer su vida en otros países es algo fatal”, dijo el cantautor ayer, durante un breve encuentro con la prensa.
“A mis hijos no puedo entregarles un mundo que yo pensaba que podía entregarles. Me preocupa el cambio climático, porque entonces les voy a poner en manos la próxima guerra, la del agua”, dijo el intérprete de Amante bandido en relación con la negativa del presidente de Estados Unidos a los temas ambientalistas.
“Todo eso es una deuda, es un deber que tenemos todos, hacia las generaciones futuras. De alguna manera no hemos sido responsables”, apuntó el cantante de 60 años, quien se hizo acreedor a un Disco de Platino por las altas ventas de su álbum MTV unplugged en México.
En su opinión, la mejor forma de confrontar el hostigamiento hacia México de construir un muro en la frontera norte, y que el país pague al imponer una tasa arancelaria, además de su plan de deportar inmigrantes a través de operaciones militares, es responderle a través de la economía.