El gobierno estadunidense aceptó otorgar una compensación de un millón de dólares a los familiares de un mexicano que murió cuando estaba esposado y bajo custodia de agentes en la garita de San Ysidro, en San Diego, en 2010, reportaron autoridades federales.
La decisión fue adoptada para resolver una demanda que acusa a oficiales fronterizos federales de golpear al mexicano Anastasio Hernández Rojas, esposado en el puerto de entrada de San Ysidro, en un incidente que terminó con su muerte.
La suma se dividiría entre los cinco hijos de Hernández Rojas, y una cuarta parte pagaría los honorarios de su represenante legal.
Los términos deben ser aprobados por un juez federal estadunidense, debido a que hay menores de edad involucrados, por lo que está programada una audiencia para el próximo 2 de marzo.
La demanda, presentada en la corte federal de San Diego, está en su séptimo año y debido a una apelación, se preveía que se prolongara aún más.
“No pensé que negar el alivio a la familia valiera la pena, especialmente a la luz de la posibilidad de litigios prolongados”, dijo el abogado de los familiares de Herndández Rojas, Eugene Iredale.
“Creo que el mundo sabe y la cantidad de asentamientos atestigua que Anastasio fue asesinado injustamente … debido a la conducta de la Patrulla Fronteriza y el CBP. Es realmente una insignia de la vergüenza”, añadió.
El caso se convirtió en un punto álgido en el debate sobre el uso de la fuerza por las autoridades, en parte porque el incidente fue presenciado por tantas personas en ambos lados de la frontera y algunas grabaron video en sus teléfonos celulares.
Hernández Rojas y su hermano fueron capturados el 28 de mayo de 2010, después de haber ingresado a Estados Unidos ilegalmente cerca de Otay Mesa.
De acuerdo con la demanda, Hernández Rojas fue golpeado por agentes y, a pesar de que pidió ayuda en repetidas ocasiones, fue ignorado.
Varios oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza llegaron como refuerzos, uno de los cuales le aplicó una descarga eléctrica con un dispositivo Taser y otros dos lo mantuvieron boca abajo y le inmovilizaron las piernas.
Fue entonces cuando descubrieron que Hernández Rojas no respiraba, y dos días después murió en un hospital.
jr