Viña del Mar (Chile), 26 feb (EFE).- El cantante colombiano J Balvin puso el broche de oro hoy la 58ª edición del Festival de la Canción de Viña del Mar con un concierto marcado por la sensualidad de su reguetón, y cerró así seis noches de música y humor en la Ciudad Jardín.
Las gradas de La Quinta Vergara no estaban tan entregadas como ayer, cuando fue el turno de Maluma, nuevo ídolo femenino, pero J Balvin tiene una cantidad similar o incluso mayor de éxitos que su compatriota y ofreció un espectáculo que terminó con la audiencia a sus pies.
El cantante, que esta semana se coronó como uno de los reyes de la música latinoamericana con el galardón de ‘Mejor artista masculino’ en los premios ‘Lo Nuestro’, ya había marcado distancias con Maluma en la previa.
“Mi reguetón es sexy y no vulgar”, había avisado, y cumplió con una avalancha de temas más sofisticados, más centrados en el género y más alejados de otros experimentos, tan de moda en estos tiempos, con otros estilos como el trap o el rap.
No esperó para descorchar ‘Ginza’, el bombazo que puso a bailar a medio mundo hace dos años y que repitió rutina con los 15.000 habitantes que una noche más llenaron las gradas del coliseo villamarino.
Y enganchó definitivamente al público con ‘Safari’, su último éxito, masivamente bailado, antes de lanzar un guiño a Viña del Mar y a los millones de espectadores que siguen el ‘festival de festivales’ por televisión.
“Es más que un sueño para mí estar en Viña del Mar. Vamos arriba todos los latinos, que es la raza más fuerte que hay”, animó el colombiano.
Su reguetón, rítmico, caliente, sensual, mantuvo de pie y bailando a todo el mundo, especialmente cuando entonó dos de sus piezas más conocidas: ‘Yo te lo dije’ y ‘Sin compromiso’.
J. Balvin es, sin duda, uno de los padrinos del reguetón, como demostró Justin Bieber cuando le eligió para que le acompañase en la versión latina de su mega éxito ‘Sorry’, y el concierto fue una prueba más.
El colombiano ha sabido aprovechar el impulso que le concedió una de las mayores estrellas del pop. Interpretó ‘Sorry’, entre la locura del hoy también público joven, y solventó la ausencia de Bieber de una ocurrente forma: cantó dos veces su propia parte de la canción.
Estuvo en todo momento bien acompañado por un coro de seis bailarines que dan color y versatilidad a un espectáculo en el que las luces y el humo también son actores principales.
Y entonces comenzó una escalada que duró hasta el final del concierto: el ritmo aumentó con su éxito reciente ‘Qué clase de rumba’, siguió in crescendo con otro de los temas que reinan últimamente en las discotecas, ‘Otra vez’, y se colocó en lo más alto con ‘Ay, vamos’.
Empezó entonces un recorrido por sus colaboraciones en canciones en las que no participaba originalmente, como ‘Travesuras’ de Nicky Jam o ‘Lean On’, de Major Lazer y DJ Snake, y las 15.000 personas que atestaban La Quinta Vergara las bailaron como si fueran propias.
Y así, repasando una hoja de servicios que ya cuenta con varios grandes rompe pistas, cerró una velada perfecta para los amantes del reguetón.
Comenzó a poner el broche de oro de esta edición con ‘Pierde los modales’ y apagó definitivamente el Festival de la Canción de Viña del Mar 2017 con la romántica ‘Sigo extrañándote’.
A lo largo de la noche, también actuaron los músicos uruguayos Marama y Rombai, la chilena Mon Laferte, la argentina Lali Expósito y el cómico local Fabrizio Copano.