Recientemente, la aparición de una grieta en el canal 27 del Embarcadero Zacapa (que disminuyó el nivel del agua 25 centímetros en cuestión de horas) recordó el riesgo que corre la zona lacustre de Xochimilco de desaparecer; pero su principal amenaza no es una falla geológica, sino el avance de la mancha urbana.

 

El 11 de diciembre de 1987, la Unesco inscribió a Xochimilco en la lista del Patrimonio Mundial Cultural de la Humanidad; 30 años después, la zona aún mantiene una batalla permanente para mantener esa denominación.

 

Para atacar la amenaza, la Autoridad de la Zona Patrimonio Mundial Natural y Cultural de la Humanidad en Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta (AZP) trabaja en un programa para impulsar la recuperación de un sistema agrícola basado en islotes artificiales que persiste desde tiempos prehispánicos: la chinampa.

 

En una entrevista con 24 HORAS, Erasto Ensástiga, coordinador general de la AZP, aseguró que el principal peligro para la denominación otorgada por la Unesco es el avance de la mancha urbana hacia el interior de la zona lacustre, que actualmente está totalmente rodeada por la Ciudad de México.

 

En un recorrido realizado por 24 HORAS, se pudo constatar la ubicación de casas con sus bardas pegadas a los canales de agua, con puentes que unen las viviendas con la calle principal; de acuerdo a la autoridad, construir sobre chinampas es ilegal y potencialmente peligroso, pues sus terrenos no están diseñados para soportar estructuras como casas.

 

Sin embargo, gran parte de la zona chinampera es propiedad privada, por lo que la compra y venta de un terreno en la misma sí es legal: “Alguien puede comprar una chinampa y seguirla trabajando, como sucede, pero no tiene uso de suelo para utilizarla para edificaciones, viviendas o actividades comerciales”, aseguró Ensástiga.

 

De acuerdo a la AZP, en 2016 existían tres mil 584 chinampas activas y cultivadas con una mezcla de métodos tradicionales y modernos; para aumentar su número, la Autoridad de la Zona Patrimonio implementó el año pasado un programa piloto enfocado a chinampas con posibilidades de recuperarse para la agricultura tradicional de la zona, que actualmente suman más de 17 mil.

 

Éstas “son chinampas que están improductivas o que tienen invernaderos o campos de futbol, pero hay todavía condiciones para recuperarlas, pues las que están invadidas (por casas) ya no están en condiciones”, afirmó el coordinador de la zona patrimonio.

 

Derivado del programa piloto, la Autoridad le otorga a los dueños 50 mil pesos por chinampa (en dos exhibiciones), junto con apoyo técnico para llevar a cabo reparaciones en la misma.

 

El año pasado, la AZP aplicó un millón 250 mil pesos a 25 chinampas en condiciones recuperables; para 2017, esperan destinar tres millones 500 mil pesos al programa.

 

En muchas ocasiones el principal problema es convencer al dueño de la chinampa para que la reactive: “No es tan sencillo, porque ellos dicen ‘ya no quiero ser campesino’”, concluyó Ensástiga.

 

Infografía: Xavier Rodríguez

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Análisis necesario

 

“Decir ‘vamos a quitar las invasiones de los últimos 10 o 15 años’ sería mentir, porque ni se debe ni es tan sencillo; decir ‘borrón y cuenta nueva’, tampoco”

 
Erasto Ensástiga
Coordinador general de la AZP