En el período de 2000 a 2015, los hogares familiares encabezados por mujeres casi se duplicaron, al pasar de cuatro millones 597 mil a ocho millones 626 mil, lo que significó un aumento de cuatro millones de hogares, equivalente a 87.6% en lo que va del siglo, esto de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI); esta cifra también indica que 27% de las 31.9 millones de familias residentes en México reconocen a una mujer como su cabeza.

 

 

 

“Ser jefe de un hogar supone que sus miembros reconocen, sobre la base de una estructura de relaciones jerárquicas, a la persona con mayor autoridad en la toma de decisiones, que regularmente está presente en el hogar y es, además, el principal soporte económico”, explicó el INEGI sobre la jefatura de familia.

 

 
En el marco del Día Nacional de la Familia y de cara al Día Internacional de la Mujer, las cifras del Instituto destacan que este incremento se dio por dos razones: la primera el crecimiento demográfico, lo cual se tradujo en que en el período mencionado se formaron 9.6 millones familias nuevas; el segundo fenómeno fue que cada vez hay más mujeres viudas o separadas que asumen el liderazgo.

 

 
De hecho, se encontró una relación entre las jefas de familia y las familias monoparentales (aquellas cuyos padres viven sin pareja), pues ocho de cada 10 hogares de este tipo son dirigidos por una mujer.

 

 
En el aspecto económico, se encontró que las familias dirigidas por una mujer son más vulnerables a sufrir pobreza o alguna carencia, debido a que en 2015 la mitad de las jefas de hogar se encontraban sin actividad económica remunerada, mientras que en el caso de los varones los desocupados sólo fueron uno de cada cinco.

 

 

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Infografía: Xavier Rodríguez

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Las mujeres desocupadas dedican la mayor parte de su tiempo a tareas domésticas, tales como el cuidado de los hijos, limpieza del hogar o preparación de alimentos para el resto de la familia. En promedio, ellas dedican 68 horas semanales, por las 31 horas que usan los jefes de familia desempleados.

 

 
“La distribución de las tareas domésticas al interior del hogar reflejan y reproducen cotidianamente los roles de género, en los cuales, en general, la mujer es confinada al mundo privado del trabajo doméstico y el hombre al mundo público y de proveedor”, añade el INEGI.