A Enrique Peña Nieto se le da la estrategia política. Desde los tiempos en que participaba activamente en la política mexiquense -antes incluso de llegar a la Casa de Gobierno- mostró la visión para dibujar esquemas y diagramas que beneficiaran a su partido y, en particular, a su círculo. Tal vez la prueba más fehaciente de ello fue la elección de Eruviel Ávila como candidato por el PRI a la gubernatura en las pasadas elecciones. Peña Nieto era consciente del arrastre político que el hoy gobernador tenía -y conserva- en municipios poblados de la zona oriente del Estado de México, principalmente, su natal Ecatepec. Ante el coqueteo del PRD, decidió otorgarle la candidatura sobre Alfredo del Mazo, su primo, de linaje político. Sabía que si Ávila se iba al Sol Azteca la elección para el PRI estaba en riesgo y la suya -la presidencial- también.
Hoy, el Presidente observa un contexto similar pero con diferencias sustanciales. En el Estado de México, hay dos candidatas que -según recientes encuestas y apoyadas en el margen de error- tienen las mismas posibilidades de ganar que Del Mazo, finalmente abanderado tricolor a quien -dicen- ya le tocaba. Sin embargo, le tocó en el momento que luce más sombrío para su partido.
Josefina Vázquez Mota por el PAN y Delfina Gómez por Morena presentan buenos números y se habla constantemente de ellas en los medios. La posibilidad de que alguien le arrebate al PRI la gubernatura del Estado de México está latente. Sería una derrota histórica para el PRI.
Peña Nieto lo sabe. Y sabe también que una victoria de Morena, catapultaría a Andrés Manuel López Obrador -el de mejores números, por cierto- rumbo a las presidenciales. No es descabellado pensar que parte de la estrategia priista sea enfocar baterías para impedir que Delfina gane la elección, pasando a segundo término si la gubernatura se pinta de azul o permanece tricolor.
Y es que, lo hemos dicho, la mexiquense es la antesala de la elección presidencial. Aún no hay claridad entre quién podría abanderar al PRI o al PAN en el 2018, y esto fortalece al único candidato seguro, el de Morena. Tal vez EPN esté considerando que cualquier cosa sería mejor que entregar las llaves de Los Pinos a Andrés Manuel López Obrador.
Si bien este fin de semana el mandatario aseguró que la “oposición no está lista para gobernar”, considere que hay de oposiciones a oposiciones.
Margarita sí se ve
Quien también juega su estrategia es Margarita Zavala. Después de una larga ausencia en los medios de comunicación, ha reaparecido con la clara intención de desgastar la figura de López Obrador, a quien, cada que puede, le pide que dé cuentas y explique de qué ha vivido durante la última década. Finalmente, la esposa del ex presidente Calderón sabe que es la segunda en la intención de voto y no vale la pena difuminar su parque entre posibles nombres priistas.
Solo Mancera, solo
Nadie frena la desbandada del equipo de Miguel Ángel Mancera. A partir de que Miguel Ángel Torruco dejó el gabinete capitalino para sumarse a la pre-campaña permanente de López Obrador, casi a diario surge un nombre con la misma intención y acción. La última fue Leticia Quezada, ex subsecretaria en Asuntos Metropolitanos y Enlace Gubernamental, a quien le pidieron su renuncia. Está claro que en política las lealtades quedan de lado. Lo que importa es subirse a tiempo al tren.
De deportes en México
Tema aparte, pero importante. Este fin de semana se realizaron dos grandes eventos deportivos en México. En Acapulco, una edición más del Abierto Mexicano de Tenis y en la Ciudad de México, el Mexico Championship de golf mundial. Los mejores de ambos deportes estuvieron en México. Si a esto sumamos la presencia en nuestro país de la Fórmula 1, la NFL, la NBA y el Clásico Mundial de Béisbol, podemos decir que la proyección de México en el mundo a través de estos eventos funciona como compensación ante violencia y la inseguridad que han manchado nuestra imagen.