Múltiples señales recogieron los priistas durante la ceremonia en que celebraron este fin de semana su 88 aniversario.
-La primera -y la más importante, desde su perspectiva-: Enrique Peña Nieto decidió soltarse el pelo y fortalecer en serio al PRI hacia 2018, comenzando por 2017.
-El haber llevado al gabinete legal y ampliado –faltaron nomás quienes se encontraban viajando: Luis Videgaray y José Calzada– significa que está cohesionando a su equipo a favor del PRI, “para evitar coqueteos con la oposición”; sobre todo que se sumen a las huestes de Andrés Manuel López Obrador.
-La distinción a Manlio Fabio Beltrones (con la presea al Mérito Revolucionario) la leen como un acto de “cordialidad política” y un mensaje para el poderoso Luis Videgaray, con quien el sonorense no tiene una buena relación.
(El sonoro aplauso que recibió el sonorense de sus correligionarios sería a la vez mensaje en retorno para el habitante de Los Pinos).
-El arribo de Claudia Ruiz Massieu a la Secretaría General del PRI lo ven como una suma de fuerzas con su tío, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari; y como una posición importante para el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, con quien la ex canciller terminó por acercarse más al final de su estadía en el gabinete.
La Secretaría General, recuérdese, es una posición que suele dejársele al candidato presidencial. Y, una de dos: o es preaviso de quién pudiera llegar o veremos a Claudia ceder ese espacio más adelante. Pero apuestan desde ahora que la ex secretaria de Relaciones Exteriores ocupará un lugar preponderante en la lista de Senadores para la próxima legislatura.
-La actitud de Osorio Chong: su discreción fue más cuidadosa. Llegó a escasos instantes de que iniciara el evento (para evitar placearse en grande) y otro tanto procuró al salir.
En cambio, el doctor José Narro Robles –que va subiendo entre los favoritos del PRI en las encuestas- y el secretario de Hacienda, José Antonio Meade –cuyo corazoncito sigue latiendo- fueron de los más solicitados para las selfies y se dejaron querer.
EN DUDA, LA FUNDACIÓN COLOSIO.- Entre las cosas que más llamaron la atención durante el festejo priista fue el silencio ante José Murat y el trato que le dispensaron.
Al ex gobernador de Oaxaca lo arrumbaron prácticamente al fondo del presidium: en la última fila y hasta la orilla (izquierda). Casi nadie se acercó a él.
En cambio su hijo, Alejandro Murat, ocupó un lugar especial, prácticamente atrás de Peña Nieto y recibió muchos abrazos.
Lo más notorio, empero, fue el hecho de que ni el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa ni el Presidente de la República mencionaron al ex gobernador oaxaqueño –o hicieron referencia a su posible cargo en la Fundación Colosio- durante sus discursos.
La lectura de los priistas con los que conversamos es que a Murat pudiera también caérsele esta posición –ya se le fue de las manos la CNOP-, si no es que él mismo lo haya considerado y declinado a la invitación.
GEMAS. Obsequio de Jesús Silva Herzog-Flores, fallecido ayer a los 81 años: “En gran medida –escribió en su libro A la distancia-, el PRI perdió en 2000 porque no logró resolver el dilema central entre su renovación y tradición, entre democracia interna y unidad”.