El emblemático número 17 de la calle De la República, en la Colonia Tabacalera de la Ciudad de México, mejor conocido como Frontón México, podría retomar las actividades que dejó en pausa hace casi 21 años (2 de octubre de 1996).
Las obras en dicha instalación comenzaron a finales del 2015 y se encuentran en términos finales, por lo que hoy mismo podría albergar su primer juego de exhibición de jai alai, luego de 20 años de abandono.
La construcción, propiedad del dueño del Estadio Azul y la Plaza de Toros México Antonio Cosío, de corte art deco e inaugurada el 10 de mayo de 1929, ya no luce una fachada descuidada ni incolora, sino un tono ocre y detalles blancos de cara a su reapertura, tal como se le recuerda en las mejores épocas.
El inmueble se mantiene cercado por vallas metálicas y ninguna autoridad local, ni propiamente deportiva se ha pronunciado al respecto del tópico este año.
La reinauguración del espacio pretende reactivar la actividad económica en la zona, afectada por la instalación bajo el Monumento a la Revolución de integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en 2013, cuya estancia ahí duró un par de años.
Frontón México pretende tomar un segundo aire y, en principio, albergar encuentros de pelota vasca, peleas de box, conciertos y hasta convenciones en un escenario con gradas retráctiles.
En una segunda etapa de recuperación, se especula con una inversión millonaria–por parte del Grupo Hotelero Las Brisas- para adaptar un casino, un restaurante y un hotel de 120 habitaciones y 10 suites, según informó durante diciembre del 2016 el titular de la Secretaría de Desarrollo Económico de la capital, Salomón Chertorivski.
Número
50 millones de dólares se invertirían para la construcción de un espacio hotelero en el emblemático edificio
Huelga sin fin
Los trabajadores del lugar detuvieron las actividades en 1996, debido a incumplimiento de pagos por parte del arrendatario del espacio Miguel del Río. De esas personas que estallaron la huelga, cinco continúan con la disputa de sus liquidaciones, por lo que el problema sigue en pie