En el día D para el Brexit en la Cámara de los Comunes británica, Escocia tendrá un nuevo y segundo referéndum por su independencia. Lo anunció su primera ministra, Nicola Sturgeon ante la “intransigencia” del gobierno británico de negociar una salida para su país, que votó masivamente a favor de quedarse en Europa en junio pasado y no quiere abandonar el mercado único. Ella considera que la salida de la UE será “un desastre para la economía” de su reino y “nuestra sociedad”.
Según la líder escocesa, el referéndum de independencia, que debe ser aprobado por el Gobierno y el Parlamento de Londres, debería celebrarse “entre el otoño de 2018 y la primavera de 2019”, cuando las opciones sobre el Brexit estén “más claras que ahora”, pero “antes de que sea demasiado tarde” para que los escoceses decidan su destino.
En su opinión, si Escocia no se pronuncia “sobre la relación que quiere” antes de que el Reino Unido salga del bloque, en principio a mediados de 2019, se enfrentará a “un largo periodo fuera no solo de la Unión Europea, sino también del mercado único”.
En una rueda de prensa, la nacionalista Sturgeon acusó a la conservadora May de haber respondido con un “muro de intransigencia” a su oferta de negociar la permanencia de Escocia en el mercado europeo cuando el Reino Unido salga de la UE.
A diferencia de Inglaterra y Gales, y al igual que Irlanda del Norte, Escocia votó por 62% frente a 38% a favor de permanecer en el bloque comunitario en el referéndum británico del pasado 23 de junio.
May elevó la retórica el pasado 3 de marzo cuando, en un discurso durante el congreso del Partido Conservador escocés, acusó al SNP de Sturgeon de “descuidar” las necesidades primarias de la región en favor de su objetivo secesionista.
En vistas a la aparente imposibilidad de alcanzar un consenso sobre la salida de la UE, la líder escocesa anunció que pedirá al Parlamento autonómico permiso para obtener de Londres la llamada “orden bajo la sección 30”, que permitiría a Edimburgo legislar sobre un nuevo referéndum.
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55.3% votó a favor de permanecer en Reino Unido frente a 44.7% a una separación en un referéndum el 18 de septiembre de 2014.