La Fiscalía del estado mexicano de Sinaloa investiga la desaparición de ocho jóvenes detenidos el miércoles por policías y presuntamente entregados a miembros del crimen organizado, un hecho que recuerda el caso Ayotzinapa y sobre el que las autoridades han adelantado hipótesis discrepantes.

 

 

Juan José Ríos, fiscal general del estado, informó en rueda de prensa que una de las líneas de investigación es que los jóvenes pudieron no haber sido privados de su libertad, sino rescatados por integrantes de su mismo grupo criminal después de haber sido detenidos por los agentes.

 

 

Sin embargo, un video que circula en redes sociales, así como declaraciones de testigos, sugieren que los agentes entregaron voluntariamente a los detenidos.

 

 

En las imágenes se observa la detención de varios jóvenes por parte de policías municipales de Culiacán que, después de esposarlos, los entregan a sujetos que llegan al lugar fuertemente armados a bordo de camionetas en las que se llevan a los detenidos.

 

 

Los presuntos delincuentes llegaron vistiendo ropa deportiva, algunos de ellos en pantaloncillos y camisas sin manga, y portando chalecos tácticos y armas largas.

 

 

“No hemos logrado determinar cuántos jóvenes son, pero en el video se alcanza a apreciar que son entre seis y ocho jóvenes”, dijo hoy el fiscal Ríos.

 

 

La versión del supuesto rescate discrepa de las declaraciones formuladas ayer por Víctor Hugo Sánchez, secretario de Seguridad y Tránsito Municipal de Culiacán, la capital de este estado del noroeste de México.

 

“Está confirmado que cuatro policías municipales detuvieron y entregaron ocho jóvenes a un grupo armado” la noche del miércoles, dijo Sánchez a la prensa.

 

 

Añadió que “se trata presuntamente de ocho delincuentes que se metieron a robar a la vivienda de uno de los cuatro policías, donde en ese momento se encontraba su esposa y le avisó de inmediato por teléfono”.

 

 

De acuerdo con Sánchez, los agentes argumentaron que fueron obligados y amenazados para entregar a los jóvenes. “Aseguran que fueron amenazados, pero no es justificación. Debieron haber seguido el protocolo, avisar y pedir refuerzos, y no lo hicieron”, dijo.

 

 

Precisó que los cuatro policías están detenidos y que serían puestos a disposición de la Fiscalía. Hasta ahora no se ha notificado del inicio de una acción penal en su contra.

 

 

Las autoridades tampoco han informado de la recepción de alguna denuncia por la desaparición de los jóvenes.

 

 

El caso recuerda la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela para maestros de Ayotzinapa en septiembre de 2014.

 

 

De acuerdo con la versión oficial, los estudiantes fueron detenidos por policías en el municipio de Iguala, estado sureño de Guerrero, y entregados a miembros del cártel Guerreros Unidos, que los asesinaron y quemaron sus restos en un vertedero de basura.

 

 

Otro antecedente similar ocurrió en enero de 2016 cuando cinco jóvenes fueron detenidos por policías estatales en el municipio de Tierra Blanca, estado oriental de Veracruz. El arresto tuvo lugar en una gasolinera, fue captado por cámaras de video ubicadas en la zona y no tuvo un motivo aparente.

 

 

Según el relato de uno de los agentes detenidos en el caso, las cinco víctimas fueron trasladadas a distintos puntos e interrogadas. Su última parada fue en el rancho El Limón, en el municipio de Tlalixcoyan, donde fueron asesinadas y sus restos incinerados y triturados.