Estados Unidos y México viven su “primer desacuerdo fuerte” desde la negociación del TLCAN en los años 90, un desencuentro que acarrea riesgos como el de “revivir un sentimiento antiestadounidense” en México, pero que puede desembocar en una relación “más madura” si ambos gobiernos consiguen superarlo.

 

Así lo indicó hoy el nuevo embajador de México en Estados Unidos, Gerónimo Gutiérrez, durante una conferencia sobre el futuro de la relación bilateral en el centro de estudios Wilson Center.

 

“Lo que estamos viendo ahora es lo que yo llamaría nuestro primer desacuerdo fuerte después del TLCAN (Tratado de Libre Comercio en América del Norte, conocido en inglés como NAFTA), después de la negociación” de ese acuerdo que está vigente desde 1994, opinó Gutiérrez.

 

“Si superamos este momento, creo que podremos tener una relación más madura entre ambos Gobiernos”, añadió.

 

El nuevo embajador mexicano, que llegó a Washington el 1 de marzo y está a la espera de entregar sus cartas credenciales al presidente estadounidense, Donald Trump, recordó que su país muchas veces se había quejado de ser “olvidado” por su vecino del norte bajo diversos Gobiernos, y que en este caso ocurre todo lo contrario.

 

“Por primera vez, México ha tenido un papel central para una nueva Administración que llegaba al poder, un papel que normalmente suele ser para otro país en otra región. Y eso es bueno y malo, creo”, afirmó Gutiérrez.

 

El diplomático dijo que los primeros contactos entre el gobierno de Trump y el de Enrique Peña Nieto han sido, “hasta ahora, fructíferos”, aunque todavía están en la etapa de “aclarar posiciones e identificar homólogos claros en distintas agencias”.

 

Gutiérrez consideró necesario “rebajar la retórica” en la relación bilateral, en ambos lados, porque “al menos en el caso de México, existe la posibilidad de revivir un sentimiento antiestadounidense que solía estar allí y que ha quedado mitigado hasta cierto punto” en los últimos años.

 

“Y creo que también hay una posibilidad de fomentar un sentimiento antimexicano muy fuerte en Estados Unidos. Eso sería un grave error, y sería extremadamente perjudicial para la relación bilateral en su conjunto”, advirtió el diplomático.

 

Otro de los retos que afronta la relación es “la desinformación sobre lo que significan” los lazos entre EU y México y “cómo afectan a las comunidades”, según Gutiérrez, que opinó que los primeros contactos entre ambos Gobiernos han sido “útiles” para combatir ese desafío.

 

Trump y Peña Nieto acordaron en enero pasado no hablar públicamente sobre la financiación del muro que quiere construir el primero en la frontera de ambos países, un asunto que ha generado una fuerte controversia en México.

 

La dura postura de Trump ante México parece estar impulsando en las encuestas para las elecciones mexicanas de 2018 al líder de la izquierda de ese país, Andrés Manuel López Obrador.

 

jram