La plaza de la Bolsa de Bruselas volvió a convertirse hoy en el corazón de la capital con centenares de personas reunidas ahí para recordar a las víctimas de los atentados terroristas del 22 de marzo de 2016.

 

 

Fue allí que los habitantes de Bruselas convergieron tras la noticia de que tres explosiones, dos en el aeropuerto internacional de Zaventem y una en la estación de metro Maelbeek, había causado 32 muertos y 324 heridos.

 

 

Como en aquel día, velas, flores y mensajes dibujados con tiza en el suelo volvieron a ocupar el espacio, aunque en menor cantidad, en manifestación de solidaridad con las víctimas, familiares y militares, policías y socorristas que intervinieron en el rescate.

 

 

Las autoridades municipales estuvieron presentes, pero no hubo discursos, sino un sobrio homenaje musical.

 

 

El momento más emocionante fue cuando un coral de jóvenes estudiantes de la escuela Anneessens-Funck entonó la canción “Let it be”, de los Beatles.

 

 

“Para nosotros era importante volver aquí hoy. Creo que nos ayuda a cicatrizar las heridas”, dijo a Notimex Gilles de Schepper, responsable de un equipo de la Cruz Roja de Bruselas que intervino en la estación de Maelbeek tras la explosión.

 

 

El grupo de una decena de personas depositó un ramo de flores y encendió una vela en la Bolsa.

 

 

Las conmemoraciones de ese triste aniversario empezaron en las primeras horas del día en el aeropuerto de Zaventem, local de las dos primeras explosiones, con la lectura de los nombres de las 16 personas de siete nacionalidades que perdieron la vida en el local.

 

 

Vestidos de negro en señal de luto, el rey Felipe de Bélgica y su esposa Matilda presidieron la ceremonia, en compañía de sobrevivientes y parientes de las víctimas fatales de los ataques, así como de los empleados del aeropuerto y de profesionales que participaron del rescate.

 

 

Los monarcas depositaron un ramo de flores “en nombre de toda la nación”. A las 06:58 GMT, hora precisa de la detonación de la primera bomba, los presentes guardaron un minuto de silencio.

 

 

Enseguida, las autoridades belgas se dirigieron en tren hasta la estación de metro de Maelbeek, a pocos metros de las instituciones de la Unión Europea, donde se reunieron con sobrevivientes, familiares de víctimas y socorristas de ese ataque, que cobró la vida a otras 16 personas.

 

 

Un nuevo minuto de silencio fue roto por los aplausos de los funcionarios de la red de transportes públicos de Bruselas (Stib).

 

 

En toda la ciudad, los transportes han dejado de circular por un minuto y accionado sus bocinas “para mostrar que no olvidan, pero que siguen de pie contra el odio y el terror y por Bruselas”.

 

 

Maelbeek se convirtió, durante la mañana, en un lugar de peregrinaje para ciudadanos, policías y socorristas que guardaron respeto ante un panel de mensajes instalado en el pasillo de la estación en ocasión de su reapertura, tras los atentados. Muchos depositaron flores, velas y billetes.

 

 

Los reyes belgas concluyeron su participación en las conmemoraciones inaugurando, cerca del Parque del Cincuentenario, un monumento de 20 metros de largo y dos de altura, elaborado por el escultor Jean-Henri Compère en homenaje a todas las víctimas de atentados terroristas.

 

 

El rey Felipe saludó, en un discurso, el “ejemplo” dado al país por las víctimas de los atentados.

 

 

“Al odio y a la violencia, ustedes han respondido con la dignidad. A la duda y al miedo, han opuesto el valor y una magnífica voluntad de reconstruir”, dijo.

 

 

Mientras, en la Grande Plaza de Bruselas, la policía local y los bomberos, acompañados del alacalde de Bruselas, Yvan Mayeur, y otras autoridades locales, marcaron la hora de la explosión en Maelbeek, a las 08:11 GMT, con un minuto de silencio seguido de un minuto con las sirenas accionadas.

 

 

Las celebraciones continuarán hasta el final del día en varios puntos de la ciudad.

 

 

A las 15:00 GMT tres marchas ciudadanas convergerán en la plaza de la Bolsa y a las 17:00 GMT se celebrará una misa en memoria de las víctimas en la Catedral Saints-Michel-et-Gudule.