“Estoy terminando lo que me faltó de la primaria, pero como no tenía ningún papel empecé desde el principio”, comentó Marcelo López, trabajador de la construcción que se animó a inscribirse al programa de educación Construyendo a México Crecemos.

 

 

Reservado a la hora de hablar, Marce, como lo conocen en la obra, admitió que en ocasiones no le es fácil entender los temas de la clase, pues le gustaría aprender más rápido, aunque al final sabe que es parte del proceso.

 

 
Padre de tres hijos, dijo que lo que más le gusta de regresar a la escuela es que su hijo lo toma como inspiración para no abandonar sus estudios.

 

 
“Mi hijo me dijo que si yo estaba estudiando a poco le iba a ganar a terminar la primaria”, recordó con una sonrisa.

 
Ése no es el único caso de superación personal en el programa. Otra historia es la de Lucrecia Sánchez, quien no sabe leer ni escribir, pero ahora tiene la oportunidad para aprender mientras labora en la limpieza de una obra en Polanco.

 

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“Me están enseñando a formar palabras”, respondió de forma reservada mientras toma unas tarjetas con sílabas, ejercicio que la ayuda a desarrollar su habilidad de lectura.

 
Lucrecia, al igual que 10% de los trabajadores de la construcción no terminó su educación básica, pero eso no le impide esforzarse para que en poco tiempo tenga su certificado de primaria y secundaria, y así tener algo más de qué sentirse orgullosa