La construcción del muro en la frontera de Estados Unidos con México, prometido por el presidente estadunidense Donald Trump, iniciaría hasta 2018, ya que los republicanos en el Congreso no planean aprobar los fondos adicionales solicitados para ese propósito.
“La gran partida de dinero para el muro realmente es para el próximo año, las apropiaciones para el próximo año fiscal”, destacó este jueves el líder republicano de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, al sugerir que los fondos suplementarios solicitados por Trump no serán autorizados este año.
En su presupuesto suplementario para el año 2017, el mandatario pidió al Congreso 30 mil millones de dólares en Defensa y seguridad fronteriza, incluidos fondos para deportaciones, la construcción del muro y contratar más agentes fronterizos.
De manera especifica solicitó 999 millones de dólares para la planeación, diseño y construcción de la primera parte del muro fonterizo a partir de “proyectos piloto”, con diferentes diseños de muro en varias zonas de la frontera para determinar su efectividad.
En su presupuesto regular de 2018, que será presentado en mayo, el gobierno solicitará una partida de 2.6 mil millones de dólares para el muro, cuyo costo total podría ascender a más de 21 mil millones de dólares si es construido en su totalidad.
Rayn aseguró que el Departamento de Seguridad Interna (DHS) contará con los fondos necesarios para operar hasta el fin del actual año fiscal, el próximo 30 de septiembre, con los fondos suplementarios autorizados debido a que el presupuesto regular actual no fue aprobado, pero fue opaco respecto al muro.
“El DHS necesita dinero para la seguridad fronteriza. Siempre hay dinero para seguridad fronteriza”, reiteró este jueves el legislador republicano, al ser cuestionado al respecto durante una entrevista con la televisora CBS.
Sin embargo, sugirió que aún si los fondos solicitados por Trump fueran autorizados, el gobierno “no podría iniciar la construcción de manera tan pronta como este año”.
La Oficina de Aduanas y Protección (CBP) convocó hace dos semanas a empresas constructoras a presentar sus propuestas de diseño y prototipo de lo que será el muro en la frontera con México.
En algunas zonas de la frontera, la pared de más de nueve metros de altura será transformada en una barrera metálica que permita a los agentes de migración estadunidenses ver lo que está pasando en el lado mexicano, según las especificaciones de la convocatoria.
Las mismas requieren una construcción con cimientos profundos que dificulten la construcción de túneles para cruzar la frontera, dadas las dificultades que presentará la altura.
Además, se busca que los dos tipos de paredes de acero y hormigón utilizadas para levantar el muro tengan una resistencia que impida su perforación por métodos manuales o mecánicos, pero a la vez deberá resultar “estéticamente agradable” del lado estadunidense.