TORONTO.– “Si quieren hablar español, regrésense a su país”, les gritó a dos hermanos mexicanos dentro de un elevador un estadunidense que radica en Toronto.
Entre el piso uno y cuatro, el “gringo” les dijo que en Estados Unidos “hay muchos como ustedes y por eso los quieren echar”. Para su sorpresa, Erica y Luis le respondieron “somos canadienses, aquí nacimos”.
La discriminación no acabó ahí, pues una hora después del incidente tocaron a su puerta dos policías, quienes de inmediato ingresaron al departamento, ubicado en el cuarto piso de la calle Ontario, en el centro-este de Toronto.
Los uniformados indicaron que recibieron una llamada anónima y les pidieron sus papeles. Erica les dijo que era canadiense, a lo que uno de ellos espetó: “¡No!, mírate, no pareces canadiense”.
Mientras los oficiales llamaban al Ministerio de Inmigración para verificar los nombres que aparecían en los papeles que estaban sobre la mesa (correspondencia y recibos), Erica buscaba desesperada entre sus cajones su pasaporte y acta de nacimiento canadienses.
No convencidos con estas contundentes pruebas de ciudadanía canadiense le pidieron su tarjeta de salud, donde también aparece una fotografía del titular.
“Fue hasta ese momento que empezaron a calmarse y a tratarnos mejor. Al principio nos hablaron hasta con groserías. Nos presionaron sobre nuestros papeles de identidad”, dijo a Notimex Erica Argüelles, de 25 años de edad.
NACIDOS EN CANADÁ
Erica y su hermano Luis, de 23 años, nacieron en Canadá, donde vivieron hasta los cinco años (ella). Sus padres, quienes habían pisado suelo canadiense por motivos de trabajo, decidieron después de cinco inviernos regresar a México.
Veinte años después y ya siendo madre de un pequeño de siete años, Erica y su hermano decidieron regresar al país donde nacieron en busca de un mejor futuro para ellos y para el pequeño Elliot.
A pesar de ser de nacionalidad canadiense, Toronto les resulta una ciudad por explorar. Luis regresó en noviembre de 2015, está estudiando para revalidar sus créditos de preparatoria y poder entrar a la universidad a estudiar para médico neurocirujano.
Erica y su pequeño Elliot –quinto nombre del exprimer ministro de Canadá, Pierre Trudeau– llegaron apenas en enero pasado. Ella estudia inglés y quiere estudiar e ir a la universidad para graduarse en administración de empresas.
“Nos costó trabajo encontrar dónde vivir, pues piden referencia, historia crediticia y, aunque somos canadienses, no teníamos esas referencias”, comentó Luis.
Finalmente encontraron un departamento en un céntrico edificio de 15 pisos cerca de Bloor y Sherbourne, donde –según dijeron– viven personas de diferentes culturas.
La tarde del martes Erica y su hermano entraron al elevador de su edificio y hablaban español cuando un hombre como de 40 años les reclamó que debieran hablar inglés o francés (idiomas oficiales de Canadá).
Les dijo que era estadounidense y que “allá hay muchos como ustedes”, asumiendo que eran mexicanos indocumentados. “Si quieren hablar español, regrésense a su país”, les gritó, a lo que Erica le respondió “aquí nacimos”.
“Los vecinos de este edificio son de muchas razas y ninguno había sido grosero, son amables, algunos sonrientes, hasta abren la puerta para pasar, pero ese señor nos trató muy mal”, señaló Erica.
A la hora de este incidente vino la policía y los inquirió como si fueran indocumentados: “gritando y con groserías me pedían los papeles. Mi niño se asustó, pero aún así empezó a grabar con el celular”.
Ignorando que Toronto fue la primera de cinco ciudades santuario de Canadá y que la policía no tiene derecho a preguntar el estatus migratorio de las personas, Erica de apresuró a mostrar los documentos que comprueban que es canadiense.
Cuando Luis llegó al departamento les dijo que no podían hablarles así ni revisar sus cosas. “Fue entonces que se calmaron”, recordó.
Los hermanos Argüelles compartieron esta amarga experiencia en las redes sociales junto con la foto de los oficiales (ocultando el rostro). Algunos connacionales les sugirieron denunciar el hecho.
“Vamos a presentar una queja ante la Real Policía Montada de Canadá y también a la administración del edificio”, afirmaron.
En los últimos meses en todo Canadá se han registrado varios incidentes de discriminación contra inmigrantes, la mayoría musulmanes, pero éste es el primero que se registra por el solo hecho de hablar español en una de las ciudades más multiculturales del mundo.
DCA