Querer hacer un diagnóstico rápido y concreto de lo que es y el estado real en que se encuentra el deporte mexicano sería además de engañoso, injusto, debido a que por principio de cuentas se trata de un todo conformado por muchas partes, lo cual nos invita a hacer un análisis, pero separando las partes más representativas y al final tratar de encontrar coincidencias.
Comenzaré por la parte que se refiere a políticas públicas, esa parte que destina recursos, reglamenta administrativamente el destino de los mismos, la masificación del deporte, parte que le toca al Gobierno federal. Aquí además de transparencia y eficacia de la administración de los recursos, se requiere de políticas a largo plazo, transexenales. No se puede avanzar si cada Presidente del país pone al mando del deporte nacional a un allegado o cercano, y funcione o no el siguiente Presidente lo cambia dejando programas y proyectos truncados. No se puede ser tan primario ni tan irresponsable, se requiere de un liderazgo que conozca por todos lados el deporte y que trabaje con un ente autónomo que lo supervise, un comité o consejo de sabios que cuide la operación, el destino y cumplimiento de las políticas públicas a mediano y largo plazo, que a través de masificar el deporte encuentren en esta meta la calidad y la excelencia.
Federaciones.- Son éstas las encargadas de organizar cada uno de los deportes y regular su desarrollo. Lamentablemente en México, muchas de ellas se encuentran secuestradas por mafias que lucran y someten a caprichos y arbitrariedades a los deportistas, reciben recursos y ocultan el destino real de éstos al Gobierno federal, y cuando éste pide cuentas corren llorando al COI a acusar de intervención gubernamental y amenazan con desafiliar al deporte por dicha razón, todo un jeroglífico burocrático que hay que resolver. Sin esto no hay poder humano que asegure avances reales en nuestro deporte federado. Del mismo modo impiden estos cacicazgos que la iniciativa privada apoye a deportistas, ya que las federaciones impiden que los apoyos vayan directamente al deportista so pena de desafiliar al atleta y no puedan participar en eventos internacionales. Esta situación impide que la IP destine apoyos a deportistas como lo hacen en países exitosos. Cómo destinar recursos si las federaciones son opacas y no invitan a emplear recursos para desarrollar deportes y deportistas.
Deportistas.- Son casi siempre víctimas o héroes desconocidos que de vez en cuando llegan a trascender y pasan a ser conocidos. Son ellos los que soportan las arbitrariedades de las federaciones, los que no reciben lo mejor para superarse, los que quedan en medio de las luchas entre el Gobierno federal, federaciones y Comité Olímpico Mexicano, pero también son ellos a quienes los hemos visto en muchas ocasiones fallar en el último instante, desconcentrarse, perder contiendas, partidos y posteriormente culpar a los demás. El deportista nacional tiene que aprender a rematar sus contiendas, a no dejar vivir al rival, lo que se conoce en el ámbito como aprender a ganar. Sólo algunos que realmente pasan a la historia son los que siendo superiores a sus rivales; nunca les abren un resquicio para que se recuperen, eso es materia indispensable para lograr resultados. Muchos ejemplos vimos en estos JO de mexicanos que dejaron medallas por no saber finiquitar a sus rivales o fallar por distracciones en momentos clave. Al final ellos son los que compiten, no deben fallar si tienen con qué vencer y no lo hacen.
Prensa.- Es la prensa también responsable de dar poca cobertura a deportistas y deportes que no sean futbol, box, béisbol, automovilismo, toros y muy de vez en cuando tenis, cómo difundir y sembrar interés si poco se sabe de muchas disciplinas. Es también la prensa la que juzga enérgicamente a atletas que no traen una medalla, poco análisis profundo y mucha histeria en triunfos como en derrotas, muchos titulares cuando ganan y lapidarios cuando pierden. A veces estar en los 10, 20 ó 30 del mundo no se valora y lo manejan como fracaso.
Deporte escolar y universitario.- No se puede estimular el deporte con una hora a la semana de deporte en las escuelas, en pequeños patios, con maestros sin capacidad que orienten a los niños. Es dramático el poco interés matricular que le damos en México al deporte en todos los niveles escolares, países como Estados Unidos basan su sistema escolar en el deporte y no en adoctrinamientos baratos como es nuestro caso.
Sociedad.- Es la sociedad la que tiene que exigir esos cambios, si no, de nada sirve opinar cada cuatro años.
Para concluir.- Sí se puede cambiar al deporte mexicano si Gobierno, federaciones, atletas, prensa, sistemas de educación y sociedad hacemos el cambio, sin esto seguramente estaremos en cuatro años exactamente igual que como estamos hoy: lamiéndonos las heridas y culpándonos unos a otros.