El embajador de México ante el Consejo de Europa, Santiago Oñate, presidió hoy la presentación del libro “México insólito en Europa”, en presencia de su autor, Miguel Gleason, en la sede de la Asociación Parlamentaria Europea, en Estrasburgo (noreste de Francia).
El libro de gran formato recoge en 256 páginas una selección de 600 fotografías de los 9.000 objetos de arte prehispánico, colonial, barroco novohispano, pos-independencia y contemporáneo identificados durante 13 años en 320 ciudades de 17 países europeos.
El proyecto recoge objetos del patrimonio cultural mexicano en Francia, Gran Bretaña, Italia, el Vaticano, España, Alemania, Austria, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Suiza, República Checa, Hungría, Polonia, Irlanda, Suecia y Finlandia.
“Sevilla es la ciudad europea donde más objetos mexicanos se encuentran en diferentes lugares, en total en 35 sitios desperdigados por la ciudad”, aseguró Gleason a Efe.
Ejemplo de ello, el pabellón mexicano de la Exposición iberoamericana de 1929, la equis de Pedro Ramírez en la Cartuja, la orfebrería del Museo de la Catedral o las pinturas de los conventos de las Teresas y Santa Paula, y las iglesias de San Nicolás, San Bartolomé y San Alberto.
El mayor hallazgo de Gleason es el penacho de Cuauhtémoc, que expone el Museo Branly de París, sin que en México se supiera. De México viajó a Viena, regresó a México con el rey Maximiliano y, tras su fusilamiento, fue vendido a un coleccionista francés.
El citado penacho es uno de los ocho objetos de arte prehispánico que se conservan. De los otros siete, cinco están en Europa, entre ellos, el penacho de Moctezuma, que se conserva en el Museo Etnológico de Viena.
Gleason es partidario de que esos objetos se expongan en el Museo Nacional de Antropología de Ciudad de México, “siempre que no sufran un deterioro”, aunque destaca que están “muy bien conservados” en museos como el Louvre o el Británico de Londres.
Entre los objetos, destacan los cráneos de cristal de roca, falsificados en el siglo XIX en México y Europa y que se exponían como aztecas en los Museos Branly, Británico y Lázaro Galdiano de París, Londres y Madrid, respectivamente, y el Palacio Madama de Turín.
El embajador Oñate destacó que esas piezas son “parte del patrimonio cultural mexicano” y añadió que, “cuando han sido exhibidas con fines de cultura y humanismo, lo celebramos, y cuando lo han sido sólo por lucro, lo condenamos”.
Gleason tiene previsto realizar el proyecto en EEUU y Canadá, así como una serie documental