El secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., John Kelly, agradeció hoy a las autoridades mexicanas haber detenido a Heraclio Osorio Arellanes, sospechoso de asesinar al agente de la Patrulla Fronteriza estadounidense Brian Terry en diciembre de 2010.
Kelly explicó en un comunicado que cuatro miembros de la misma banda de narcotraficantes ya han sido sentenciados en Estados Unidos, mientras que uno aún está en libertad.
“Bajo la Administración (del presidente Donald) Trump, hemos renovado nuestra cooperación con México para asegurar mejor nuestra frontera y enfrentar la delincuencia transfronteriza”, dijo Kelly pese a la crisis diplomática bilateral debido a las intenciones de Washington de construir un muro fronterizo y que lo pague México.
“Este último arresto ilustra el compromiso de la Administración de buscar justicia para los valientes agentes de la ley que arriesgan sus vidas todos los días para proteger la frontera”, agregó el secretario.
Kelly agradeció “la dedicación y los esfuerzos de colaboración de la comunidad policial en México y Estados Unidos para llevar a buen término este arresto”.
El secretario de Seguridad Nacional añadió que espera que esta detención sea “un paso significativo” para que la familia, amigos y colegas del agente Terry puedan superar su pérdida.
“El 12 de abril de 2017 fue detenido en México con fines de extradición Heraclio ‘N’, quien es requerido por el Gobierno de los EE.UU. para ser procesado por la Corte Federal de Distrito para el Distrito de Arizona“, informaron hoy la Marina y la Procuraduría General de la República de México.
Según el anuncio, Osorio Arrellanes es acusado de los delitos de homicidio, asociación delictiva, delitos contra la salud (narcotráfico), robo y uso de arma de fuego.
El 14 de diciembre de 2010, en la zona de Mezquite Seep, en Arizona, y en complicidad con otros sujetos, Osorio presuntamente mató a disparos a Terry, cuya misión era “interceptar a un grupo de individuos dedicados a cometer robos a mano armada de cargamentos de marihuana en la frontera”, según las autoridades mexicanas.
La muerte de Terry acaparó la atención pública tras descubrirse que al menos uno de los rifles utilizados durante el enfrentamiento que acabó con su vida formó parte del contingente de armas que ingresó a México como parte de la controvertida operación “Rápido y Furioso” a manos del Gobierno estadounidense.
Establecida por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (AFT) de EE.UU., la operación permitió en 2009 el cruce intencional de cerca de 2.000 armas de fuego hacia México, con el fin de seguirles el rastro para identificar a miembros de los cárteles mexicanos.
El crimen involucró al menos a siete personas, y el Departamento de Justicia llegó a ofrecer un millón de dólares en 2012 por información que llevara a la captura de cuatro fugitivos, entre ellos Osorio Arellanes.
OTM