El pasado jueves 13 de abril, desapareció el activista Hugo Castro, integrante de Ángeles del Desierto, cuando se dirigía a Chiapas.

 

La desaparición la reportó Gabriela Cortés, quien es compañera de Castro en la misma asociación que trabaja a favor de migrantes en Tijuana, Baja California.

 

La última ubicación de Castro fue sobre la carretera de cuota México-Puebla en el kilómetro 37 cerca de una gasolinera, donde el propio activista narró haber sido amenazado en una transmisión en vivo efectuada por Facebook Live:

 

 

“Fui amenazado, me quieren matar (…) necesito ayuda, no me puedo mover de aquí (…) estaba un grupo de la muerte en caravana, cinco o siete de ellos”, narró Castro quien se veía asustado e identificó a los agresores como “adoradores de la muerte”.

 

Por ahora se cuenta con dos hipótesis: que pudo haber sido víctima del crimen organizado o que podría haberse perdido en una crisis de estrés postraumático o paranoia debido a las agresiones que ha sufrido como activista.

 

La primera versión que apunta a posibles manos criminales la lanzó el mismo Castro a través del vídeo que publicó en medio de la carretera. Allí se puede ver al activista mientras pasan camiones de carga a su costado a los que consideraba “alcohones” (chivatos) y “adoradores de la muerte” que lo seguían desde el estado de Tamaulipas.

 

“Necesito ayuda. No me voy a mover de aquí porque del otro lado hay cinco o siete de ellos en camiones, como en caravana. Los taxistas no se paran, no me recoge nadie y si me meto entre las casas me siguen y me hacen señas”, describió mientras se filmaba a sí mismo.

 

“Son labradores de la muerte y me siguen porque descubrí algo en Tamaulipas a lado de Coahuila. No son dos ni 10 son muchos. A lado de la carretera tienen sus santuarios… ¡que alguien me recoja!”.

 

La segunda pista para la investigación está relacionada con sus antecedentes de salud y de activista, según cuentan la esposa de Castro, Gabriela, y el activista Irineo Mujica quien acompañaría a Hugo desde Texas como conductores de un par de camionetas que ayudarían a transportar desde Chiapas a centroamericanos que pretenden llegar a Tijuana en el Viacrucis Migrante.

 

“Hugo estuvo bajo tratamiento diagnosticado con desorden bipolar cuando tenía 17 años. Yo llevo con él viviendo cuatro años, pero nunca había hecho algo que pareciera paranoia, pero, ahora viendo el vídeo me preocupé y consulté con un psicólogo”, comenta la esposa.
“El psicólogo me dijo que si lo persiguieron en algún momento puede tener un estrés postraumático debido a que en su carrera de activista ha sido golpeado por la policía y arrestado”.

 

Hasta ahora, la organización Ángeles de la Frontera, grupo al cual está vinculado, ha denunciado ante las autoridades esta desaparición en compañía de la familia de Castro, tanto en México como en Estados Unidos. También acudieron al Centro Nacional de Derechos Humanos en México y a la embajada de Estados Unidos, ya que Castro es nacido en Salinas, California.

 

aarl