Menos mal que es temporada electoral, ¿verdad?; y que el PRI se está jugando prácticamente su futuro en las elecciones de junio próximo.
Lo mencionamos porque qué creen: los priistas se fueron de vacaciones en esta Semana Santa que acabamos de transitar.
Nada de calorcito desde la dirigencia nacional del partido para su candidato sufriente en el Estado de México, Alfredo del Mazo; ni para su abanderado en Coahuila, Miguel Riquelme, que a fin de cuentas se rasca con sus propias uñas; ni mucho menos para el cenecista Manuel Cota, de Nayarit, que luce más abandonado que el campo.
Sí, las oficinas del PRI nacional, en Insurgentes Norte, estuvieron prácticamente vacías la semana pasada porque a todos sus trabajadores –regalito de su dirigente nacional Enrique Ochoa– les dieron de asueto los días santos como si se tratara de una dependencia descentralizada y no de un partido en campaña.
Solamente en la secretaría general del partido hubo movimiento. Y eso, porque Claudia Ruiz Massieu decidió pasar por alto el oficio enviado por el área administrativa otorgando vacaciones a todos los trabajadores.
“¡Estamos en campaña!”, refieren que reprochó la secretaria general del PRI; y ordenó a sus colaboradores presentarse a laborar.
Ochoa Reza, en cambio, se fue de vacaciones a Cancún.
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DESCARRILAN CANDIDATURA DE PASTOR.- Las encuestas le dan pocos puntos a Isidro Pastor como candidato independiente: de tres a cinco como máximo.
Pero a como están las cosas en el Estado de México, por más ralitos que sean esos números, no son nada despreciables.
Esto viene a cuento porque ayer el Tribunal Electoral del Estado de México (TEEM) determinó -por unanimidad- retirar la candidatura independiente al ex priista, por considerar que existen inconsistencias en el respaldo de las firmas ciudadanas que presentó.
Así que, por lo pronto, Pastor no podrá hacer proselitismo, ni asistir al debate programado el próximo 25 de abril.
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EL ENOJO DE PEÑA, PELIGROSO COCTEL.- “No hay chile que les embone. Si no los agarramos, porque no los agarramos; si los agarramos, porque los agarramos”.
Así manifestó su descontento Enrique Peña Nieto ante las reacciones –de suspicacia y de no reconocimiento- de una parte de la oposición y de la sociedad, por la detención de Javier Duarte, según refiere en su columna Arsenal, el periodista Francisco Garfias.
Retomamos la expresión porque más allá de su ramplonería, revela algo grave: que el Presidente está muy enojado.
Y es grave no sólo por él mismo -y las acciones a las que puede llevar ese estado de ánimo-, sino por el coctel explosivo que resulta de tener a una sociedad enojada, como es el caso, y al Jefe de Estado también. ¡Cuidado!
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GEMAS. Obsequio del ex canciller guatemalteco, Gabriel Orellana Rojas sobre la captura de Javier Duarte: “Me temo que hubo un interés -no lo descarto- de parte de las autoridades mexicanas, de que la captura se hiciera con base en la orden internacional (de la PGR) y toda la parafernalia que rodea estos casos. Hemos visto que hay una carga política muy grande y un interés de algunos sectores de tomar esto como un trofeo de cacería”.