Lionel Messi firmó en el Santiago Bernabéu su enésima actuación decisiva en España desde que Carlos Rexach lo firmó en 2,000 con un contrato en una servilleta cuando apenas tenía doce años y de que se adueñara en los vestuarios la expresión de ‘sí, pero juega Messi’.
Todos los escalafones habidos y por haber han sido testigos de los estragos del genio de Rosario, quien destrozó tácticas, desmoralizado a equipos enteros, roto todos los pronósticos y decidido, como este domingo, cuando puso al rojo vivo la Liga al rematar al Real Madrid en el minuto 92 con su gol 500 con el Barcelona.
Todo el elenco de entrenadores de España, cadetes y juveniles, puede dar fe de cómo equipos rutilantes y espectaculares se han doblegado ante este jugador desde que a los trece años dejó Newell’s Old Boys y su Rosario natal para probar suerte en Europa y fue otro símbolo blaugrana, Charly Rexach, quien lo ató.
‘Sí, vale, pero juega Messi’, es una constante en todos los partidos que ha jugado este genio que, será más o menos vistoso, aparecerá más o estará ausente en apariencia, pero que desde que su enfundó la camiseta blaugrana hizo historia al lograr 343 goles en Liga, 94 en Liga de Campeones, 43 en Copa del Rey, 12 de Supercopa de España, 5 en el Mundial de clubes y 3 en la Supercopa de Europa.
El debate sigue y seguirá instalado en los cenáculos del futbol y siempre habrá quien mantenga que si es mejor o peor que Pelé o Cruyff o sus compatriotas Alfredo Di Stéfano o Diego Armando Maradona, que si uno ganó un Mundial y él no, que si le falta tal o cual virtud, que si uno es más o menos elegante.
Lo cierto es que Lionel Messi parece ajeno a tales diatribas y va a lo suyo, como si el entorno no tuviera nada que ver con él y lo suyo con el balón y el gol se tratara de un monólogo en el que, en muchos partidos, los demás jugadores, y el equipo arbitral con cámaras incluidas, ejercieran de espectadores.
Como lo ha sido desde que llegó a España, lo que hizo afirmar, entre otros muchos, a un entrenador de fuerzas básicas del Sevilla que, pese al equipazo que entonces tenía, había un pequeñito en el Barcelona que se llama Messi y…”.
Muchos años más tarde y 577 juegos después, fue su entrenador, Luis Enrique Martínez, quien lo corroboró al afirmar que “Messi es decisivo hasta cenando en su casa”.
Frases
Ronaldinho: “Leo hermano, yo te regalé el primer gol”
Sergio Agüero: “¡Qué bien estás, papá!”
Gabriel Milito: “Te felicito, pero ya nada sorprende. Cuando se trata de vos, todo es posible”
Carles Puyol: “No había mejor día, ni mejor escenario para marcar tu gol 500”
Andrés Iniesta: “Te felicitamos todo el plantel; es un placer disfrutar a tu lado estos lindos momentos”
Juegos con dos o más goles
Doblete 103
Hat-trick 32
Póker 4
Una manita 1