El pulso por el título en España, entre Barcelona y Real Madrid, dejó sendas goleadas en la trigésimo cuarta jornada; la del Camp Nou que certifica el descenso de Osasuna (7-1) y una exhibición madridista en Riazor ante La Coruña, liderada por Isco Alarcón, en una nueva reivindicación de los usualmente suplentes (2-6).
Los dos gigantes españoles iniciaron al máximo el mano a mano en la recta final de la Liga. Tras intercambiar puestos en la clasificación con el Clásico que dominó Lionel Messi, el Barcelona estrenó liderato con un cómodo triunfo ante el colista.
Osasuna llegaba prácticamente sentenciado al Camp Nou y salvo un arrebato de orgullo con un golazo de falta de Roberto Torres, fue un juguete en manos del equipo de Luis Enrique, mismo que no necesitó brillantez para vapulear a un débil rival plagado de bajas.
Messi extendió su dulce momento goleador para llegar, con un nuevo doblete, a 33 tantos en 34 partidos. Los catalanes superaron el centenar de dianas en la competición. Hasta Javier Mascherano marcó su primer tanto con los blaugranas: lo dejaron patear un penalti.
Con el pitazo final en Barcelona, la presión viajó a Riazor con el cuadro de Zinedine Zidane, quien, pese a jugar con nueve cambios en su parado inicial, dejar en casa a Cristiano Ronaldo y Toni Kroos, superó sin problemas al Depor, en un día de ensueño para Isco Alarcón.
Los merengues hicieron seis goles a domicilio en un día sin la BBC y con un James que aprovechó la titularidad al máximo, pues aportó un doblete.
aarl