Sean oficialistas o disidentes, los obreros coinciden en algo: el salario mínimo no alcanza. Bajo la bandera de mejores condiciones salariales para todos, ayer salieron miles de trabajadores de los antagónicos Congreso del Trabajo y Unión Nacional de Trabajadores, que por separado exigieron revisar el sueldo de quienes producen la riqueza del país.
“Luchemos para que en la mesa de los trabajadores en su casa haya alimentos suficientes para su familia, y porque el trabajador traiga dinero en la bolsa”, dijo el presidente del Congreso del Trabajo, Carlos Aceves del Olmo, en el mitin oficialista, celebrado a las 8:00 de la mañana en el Zócalo.
Este es el primer año de Aceves como dirigente del Congreso del Trabajo, y se le notó la emoción en su discurso, al momento de criticar a otros sindicatos que según él, no hacen lo que deben hacer.
“Algunas organizaciones sindicales muy respetables dicen que van a hacer, que hacen, que hacen, pero hacen lo que no deberían hacer”, dijo Aceves, en un discurso improvisado que dejó confundidos a los obreros, quienes reaccionaron con aplausos y el pitido de una locomotora del gremio ferrocarrilero, aunque se quedaron con cara de incredulidad.
Terminado el mitin del Congreso del Trabajo, se cambió la escenografía del Zócalo para poner las insignias de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), organización disidente a lo que ellos llaman las políticas neoliberales del gobierno.
El líder del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Martín Esparza, aseguró que como sindicatos y movimientos sociales deben de unir fuerzas ante la embestida de los políticos neoliberales que quieren quitarles todos los derechos, incluido el de un salario digno.
“Han quitado la esencia del artículo 123 construccional, que nos daba derechos sociales, de huelga, de protección social; ahora, el salario ya no nos alcanza”, dijo Esparza.
El llamado de la UNT fue tal que congregó a organizaciones con intereses contrarios, por ejemplo, había quienes criticaban las políticas proteccionistas de Donald Trump, y por otro lado grupos campesinos exigían más recursos para no depender de otros mercados.
También destacó que a la convocatoria asistieron, por un lado, los padres de los 43 normalistas, pero también el Sindicato de Mineros, cuyo líder, Napoleón Gómez Urrutia, ha sido señalado por corrupción.