En San Luis Potosí ocurre un enfrentamiento que si bien tiene su origen en un contrato, también lleva una carga altamente política futurista.
Sucede que el alcalde Ricardo Gallardo Juárez, perredista, decidió cancelar un contrato firmado por su antecesor, Mario García Valdés, con la empresa PANAVI para la instalación de 45 mil luminarias LED en la capital del estado.
El contrato, avalado por el Cabildo y luego por el Congreso local, se firmó en el periodo de campaña, es decir, cuando Gallardo ni siquiera se imaginaba que iba a ganar.
Pero ganó, y al llegar a la presidencia municipal se encontró con el contrato por un monto de mil 300 millones de pesos, de los cuales no ha pagado un centavo.
El perredista asegura que el contrato es leonino y pidió la reestructuración de varias cláusulas, entre ellas que se eliminara una cláusula de recesión que obliga al Ayuntamiento a pagar ¡90%! del total acordado.
Como no se ha liquidado, la empresa asegura que por actualizaciones, recargos e intereses, la deuda es ahora de mil 500 millones, es decir, 200 más que el contrato original.
Gallardo envió el asunto al Congreso; dice que no va a pagar y está solicitando la cancelación del documento.
Pero en el Congreso hay intereses que empujan el cumplimiento del contrato en cuestión, y en ese estira y afloja, los potosinos han tenido que soportar manifestaciones a favor y en contra de Gallardo y de los inversionistas, entre los que se encuentran, de acuerdo al diario local Pulso, “un hijo de Carlos Salinas de Gortari’’, sin que ello se haya podido comprobar.
Y mientras en el Congreso local hacen como que hacen, el gobernador Juan Manuel Carreras no ha dicho ni siquiera pío.
¿Quién, pues, tiene la razón?
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Mañana se realizará el segundo debate entre los seis candidatos a la gubernatura del Estado de México.
Hasta ahora, las encuestas demuestran un empate técnico entre el PRI y Morena, y con posibilidades el PAN; el PRD se rezaga en un lejano cuarto lugar.
El formato será el mismo, pero se espera que después del primer experimento los aspirantes hayan aprendido la lección y se suelten por fin.
Ya se verá el miércoles si la elección sigue siendo cuestión de tres o será finalmente una carrera parejera.
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El candidato a diputado Antonio Enrique García Tarín –es o era el suplente del diputado priista por Chihuahua, Carlos Hermosillo, fallecido- fue detenido ayer en la CDMX por una segunda orden de aprehensión; ahora por el cargo de peculado agravado.
García Tarín tenía un amparo contra otro delito, pero como el segundo ilícito es grave, fue detenido.
Lo que resulta curioso es que a cuentagotas van cayendo los ex funcionarios acusados de corrupción en Chihuahua y Quintana Roo, pero en Veracruz, salvo Javier Duarte, los peces gordos nomás no caen.
¿Por qué será?
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El procurador de la CDMX, Rodolfo Ríos Garza, realizó un control de daños muy pertinente luego de que desde la cuenta oficial de Twitter de la dependencia se emitieron informaciones que denigraban a la joven Lesby, encontrada muerta en el campus de la UNAM.
Se disculpó, y eso en un funcionario es cosa rara.