El mexicano Juan Pedro Franco, el hombre más obeso del mundo, fue sometido hoy a una cirugía de reducción de estómago de la que salió “bien” y sin ninguna complicación, dijo su doctor José Antonio Castañeda.
“Les puedo resumir que la cirugía fue prácticamente todo un éxito, ahora hay que ver cómo responde a este nuevo cambio y esperemos que todo vaya bien”, dijo el médico bariatra en una rueda de prensa en Guadalajara, capital del occidental estado de Jalisco.
Castañeda refirió que antes de la cirugía, realizada en el centro Gastric Bypass México, se registraron algunos problemas con el procedimiento laparoscópico con el que expanden el abdomen, debido a “las dimensiones” del cuerpo de Franco, pero esto no representó ningún peligro para su salud.
“En este caso tuvimos algo de dificultad para expandir ese abdomen tan enorme que tiene Juan Pedro y fue el único contratiempo”, indicó.
El joven de 32 años, originario de Aguascalientes, pesaba cerca de 590 kilos cuando se puso en manos de Castañeda, quien lo sometió a una dieta mediterránea que hace énfasis en las verduras y en las frutas y que le ayudó a perder más de 170 kilos antes de la operación.
Tras la cirugía para reducir su estómago de una capacidad de cinco litros a una equivalente a un vaso de agua (unos 25 centilitros), Franco se quedará en el área de cuidados intensivos las próximas 48 horas.
Allí tendrá una “vigilancia bastante estrecha” para detectar alguna posible complicación post cirugía o derivada de su misma obesidad, ya que es un “caso delicado”, detalló Castañeda.
“Es el paciente con mayor grado de obesidad en el planeta” y por ello enfrenta “altas posibilidades de sufrir infartos o complicaciones”, señaló.
En caso de responder bien, será trasladado a su habitación y podrá ingerir líquidos y luego una dieta más sólida.
Si después de tres días no existe ningún problema con la cicatrización, podrá ser dado de alta, aunque siempre bajo la vigilancia de su equipo médico.
Franco llevará una dieta estricta que le ayudará a perder entre 40 y 50 % de su sobrepeso en los próximos seis meses, para luego someterse en noviembre a un baypass en sus intestinos, a fin de que su digestión sea más rápida y deseche ciertos tipos de alimentos sin absorberlos.
Ante los casos de personas que mueren tras realizarse una cirugía de estas características, Castañeda explicó que es fundamental que los pacientes tengan el mayor apego al equipo médico y que sigan al pie de la letra la dieta y las indicaciones al menos durante un año y medio.
“Tiene que estar apegado con nosotros, tiene inclusive que consultarnos algún tipo de bebida que pueda llegar a tomar, desde medicaciones, debe haber un contacto estrecho”, insistió.
Los factores nutricionales y psicológicos son importantes tras la cirugía y el inicio de un “nuevo proyecto de vida”, dijo la psicóloga Soledad Aldana.
Lo que sigue “es contar con el compromiso de Juan Pedro al 100 %”, para que “vaya haciendo los cambios graduales que se le van marcando”, resaltó.
jram