WASHINGTON, DC.– El equipo de transición del ex presidente Barack Obama advirtió al de Donald Trump sobre el “riesgo de nombrar al General Michael Flynn como asesor Nacional de Seguridad”, por sus declaraciones en Rusia y que estaba expuesto a un chantaje.

 

 

“El General Flynn estaba altamente comprometido y era vulnerable a chantaje del gobierno ruso” testificó, bajo juramento, la ex Procuradora General en funciones Sally Yates, ante el Comité Judicial del Senado.

 

 

Sally fue despedida en febrero por el Presidente Trump, tras anunciar que no defendería la Orden Ejecutiva que prohibía el ingreso de Musulmánes a Estados Unidos.

 

 

Yates se desempeñó como Procuradora en Funciones hasta que Jeff Sessions fuera confirmado.

 

 

James Clapper, Ex Director de Inteligencia de Estados Unidos, también compareció ante el Senado, en una audiencia de más de 4 horas en la que se investiga tanto el peligro que representa la interferencia rusa en la elección presidencial de 2016 en EU como las continuas entrevistas de Flynn con el embajador ruso Sergey Kyslyak; viajes de Flynn a Rusia, donde cobró hasta medio millón de dólares por discursos y apareció junto al Presidente Ruso Vladimir Putin.

 

 

Sean Spicer, vocero de la Casa Blanca, reconoció que el ex Presidente Obama alertó a Trump.

 

 

“Es cierto que el ex Presidente Obama dijo que no era fan del general Michael Flynn” y que se le advirtió sobre la ex confianza hacia el militar.

 

 

Obama despidió a Flynn de la Dirección de Inteligencia de Defensa por “sus ideas locas”.

 

 

Entre otras cosas, Flynn recibió más de medio millón de dólares por discursos en Rusia y estaba registrado como “Agente Extranjero” trabajando para Turquía.

 

 

Sin citar información clasificada, Yates dijo que el 26 de enero, notificó en más de dos ocasiones a Don McGahn, Asesor Jurídico de la Casa Blanca, sobre discrepancias en las declaraciones de Flynn y la verdad y el riesgo de chantaje de rusos, que obligaron al Presidente Trump -bajo intensa presión- a exigir la renuncia del ex Director de la Agencia de Inteligencia de Defensa, el 13 de Febrero.

 

 

Yates dijo que “hay otros asuntos que no podía mencionar, porque involucran información clasificada”.

 

 

Su testimonio y el de James Clapper, desmienten la explicación inicial de la Casa Blanca, en el sentido de que “no estaban enterados” de discursos, viajes, presentaciones y contactos del general Flynn, lo cual es claramente falso. En lugar de escuchar la advertencia, Sally Yates fue despedida.

 

 

El Presidente Trump trató de cambiar la narrativa de la audiencia, endosando la responsabilidad del acceso de información clasificada al ex Presidente Obama y ordenando a los senadores republicanos -a través de tuits- que cuestionaran a la Ex Procuradora Yates y al Director Clapper, bajo juramento, sobre la filtración de información confidencial al diario Washington Post.

 

 

Durante horas, cada legislador republicano presionó a una inmutable Yates, a hablar sobre el peligro y posibles explicaciones a la filtración de esa información, argumentando que significa también un serio peligro para la Seguridad Nacional.

 

 

Por todos los medios posibles, la Casa Blanca y el Congreso Republicano han tratado de frenar o desvirtuar la investigación sobre múltiples contactos de numerosos integrantes del equipo del Presidente Trump, con funcionarios Rusos. Entre ellos, Jared Kushner, yerno de Trump, el ExCongresista Page Carter, el ex asesor de Seguridad Nacional J.D. Gordon, Paul Manafort, ex Director de la campaña de Donald Trump.

 

 

La comparecencia de Yates estaba programada para el 20 de Marzo, pero fue cancelada por Devin Nunez, Presidente del Comité Nacional de Inteligencia de la Camara baja.

 

 

Yates y Clapper robaron la atención a la efímera victoria de Trump, en el esfuerzo de revocar el ObamaCare, que aunque fue aprobada por el pleno de la Camara baja, enfrenta una iniciativa diferente y un intenso debate el próximo mes, que se ha anunciado, será difícil, porque los senadores difieren de la alternativa de aumentar el costo o eliminar la cobertura de pacientes con condiciones existentes.

 

 

La Reforma de Salud que revocaría ObamaCare, representa la posibilidad de que Trump pueda contar con recursos para poder hacer realidad una reforma fiscal, con la que planea reducir la carga fiscal, del 39.6% a solo 15%, lo que en ojos de todos, es buenísima, pero que no puede llevar a cabo, hasta en tanto no tenga más recursos, para poderlos sufragar.