Legislar un país, dirigir un partido político y ser madre son misiones que Alejandra Barrales, dirigente del PRD, reconoce como labores complejas y de tiempo completo; no obstante asume el reto que comparte con millones de mexicanas, ofrecer lo mejor de sí en el cumplimiento de su deber y en su labor diaria de educar y proteger a quien, dijo, le ha enseñado el poder de una sonrisa: Máxima, su hija de tan sólo dos años de edad.

 
¿Cómo asumes el reto de legislar un país, dirigir un partido político y ser madre a la vez?
Todas son tareas muy demandantes, de tiempo completo, de 24 horas; y el reto es ingeniárselas como le hace la gran mayoría de las mamás de la ciudad,  del país, para poder cumplir con una y otra responsabilidad.
Al final aprendes de hacerlo compatible, además de dividirlo; hay momentos en los que puedo tener la oportunidad de llevarla a reuniones, a la oficina, tratar de que la gente vea más común, no tan atípico, que esté conmigo. Ése es el reto que tenemos las mamás: hacer que cada vez más gente haga cara de sorpresa o levante la ceja cuando llegas a trabajar y te acompaña tu hijo.
Aunque Máxima aún  es muy pequeña, ¿cómo le explicas lo que implica tu trabajo?
Es muy chiquita aún, pero me parece que lo que va entendiendo es que estamos en reuniones, en eventos, entiende ya con claridad lo que es el trabajo, cuando le digo que vamos al trabajo sabe que me va a acompañar, sabe que hay que tratar de estar más calladita o tranquila, pero sí lo está aprendiendo.
Entiende perfecto la parte del trabajo, y sabe diferenciar entre eso y lo que significa la hora del juego, o el tiempo de la familia, está creciendo y entendiendo eso. Desde que está conmigo hace casi ya dos años donde, en las oficinas, en los lugares donde yo trabajo hay un lugar para ella, ideamos un espacio.
¿De qué manera intentas compensarle los momentos de ausencia?
Me parece que con organización, disciplina, tratando de organizar de mejor manera el tiempo. Cuando le dedico tiempo estoy solo con ella, le dedico el tiempo que pueda para jugar, estar atenta y tratar de darle su espacio.
¿Cuál es la lección más importante que Máxima te ha enseñado a pesar de su corta edad?
Han sido varias, pero me parece que de las más importantes es el valor del amor, lo importante que es el poder de una sonrisa. Son muchas las cosas que vas aprendiendo.
¿Te gustaría que tu hija siguiera tu ejemplo o preferirías que se dedicara  a algo distinto de la política?
Lo único que me gustaría es que ella tomara esa decisión y pudiera elegir lo que quiera, pero lo más importante es su capacidad de soñar, que logre lo que quiera hacer y esté dispuesta a luchar por eso.