En la antesala de la próxima renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México y Estados Unidos libran una batalla alrededor del comercio de azúcar que deberá dirimirse antes del 5 de junio.

 

Estados Unidos amenaza con restablecer a partir del 5 de junio aranceles de hasta 44% al azúcar mexicana si antes no se logra un acuerdo. La demanda de ese país es que del volumen que envíe México 15% sea refinada y 85% la llamada cruda o en bruto, cuando antes 53% era producto procesado, según un acuerdo que se remonta a 2014.

 

Ese acuerdo fue suspendido por EU en noviembre pasado bajo el argumento de que en México, su principal proveedor de azúcar, se otorgan subsidios que permiten a los productores exportar por debajo de los costos de producción.

 

José Ángel Espinosa

 

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La demanda en aquel país fue presentada por dos empresas: Imperial Sugar de Louis Dreyfus y American Refining, los dos mayores refinadores del endulzante.

 

Sin embargo, detrás de las acusaciones está el despunte en aquel país de una industria dedicada a la fabricación de azúcar líquida, a partir del azúcar en grano. Los llamados “melt houses” proveen a los fabricantes de alimentos cuya preferencia se ha enfocado más hacia el uso de azúcar de caña y evitar ingredientes elaborados con productos como el azúcar de remolacha y el jarabe de maíz.

 

Esta demanda se tradujo en un incremento en el mercado estadounidense de los precios del azúcar sin refinar, a lo cual ha contribuido también la reducción del suministro desde México por los cupos que cada año impone el Gobierno estadounidense como parte del acuerdo de 2014.

 

El 1 de mayo, en un comunicado, la Secretaría de Economía señaló que la industria estadounidense pretende limitar el abasto de azúcar cruda de México exclusivamente para sus refinerías, y desplazar la competencia que representa el azúcar refinada mexicana en ese mercado.

 

“La Secretaría de Economía ha reiterado que la eliminación del acceso del azúcar refinada mexicana a EU es inaceptable, pues rompe el balance del mercado de edulcorantes de América del Norte.”

 

Bajo el escenario de que no se logre un acuerdo, la Cámara Nacional de la Industria Azucarera y Alcoholera (CNIAA) ha pedido al gobierno mexicano que inicie una investigación antidumping contra la fructuosa estadounidense y analizar la opción de imponerle aranceles como medida de represalia. La industria argumentó que las importaciones de este endulzante se han casi triplicado y existen indicios de posibles prácticas desleales”.

 

aarl