El gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, negó que haya un proceso de aceleración de la inflación ante el nivel de casi 6.0 por ciento anual que alcanzó en abril pasado y afirmó que a finales de año empezará a bajar de forma más clara.

 

“Me voy con tranquilidad de que voy a dejar a la inflación encaminada hacia nuestro objetivo (de 3.0 por ciento)”, explicó Carstens, quien a finales de noviembre de este año dejará el Banxico para ocupar la gerencia general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, pos sus siglas en inglés).

 

En entrevista al término de su participación en el foro “True Economic Talks: Afrontando el cambio”, explicó que gran parte del incremento de la inflación en abril, de 0.12 por ciento mensual y de 5.82 por ciento anual, es resultado del aumento en los precios de transporte urbano.

 

“Es un cambio discreto, no es una aceleración del proceso inflacionario en otros bienes y servicios”, sostuvo el funcionario, al recordar que la semana próxima el Banxico tendrá su reunión de política monetaria, en la cual analizará a detalle este y otros determinantes de este indicador de precios.

 

Carstens ratificó su expectativa de que hacia finales de este año, la inflación general empezará a tener una tendencia a la baja mucho más clara y en 2018 se ubicará por debajo del techo máximo de la banda objetivo, de 3.0 por ciento, más/menos un punto porcentual.

 

Así, confió en que hacia finales de 2018 habrá altas posibilidades de que la inflación general en México converja al 3.0 por ciento, que es el objetivo permanente del Banxico, y por ello expresó: “Me voy con tranquilidad de que voy a dejar a la inflación encaminada hacia nuestro objetivo”.

 

Sobre la recomendación del sector privado para que este año se dé un nuevo incremento al salario mínimo, para que no pierda más poder adquisitivo, atajó: “El Banco de México no es una instancia de determinación salarial, eso deberán de preguntárselo al secretario del Trabajo”.

 

otm