Cuando en 1993 un joven Guillermo del Toro, de 29 años, iniciaba su carrera en el cine nacional con una inusual historia de vampiros que llevaba por título La Invención de Cronos, misma que lo llevó a sorprender a propios y extraños y a ganar cinco Arieles, en Estados Unidos, el escritor y dibujante Mike Mignola, de 33, lanzaba su creación más conocida en el mundo de los cómics: Hellboy, un superhéroe bastante inusual que se convirtió en objeto de culto para los fans del género.
Pocos hubieran imaginado que ambos nombres terminarían por unirse, poco más de una década después, para llevar a la pantalla grande la historia del demonio Anung Un Rama (nombre verdadero de Hellboy), quien trabaja para el Buró de Investigación y Defensa Paranormal (BPRD, por sus siglas en inglés) en la lucha contra las fuerzas oscuras. Juntos, Del Toro y Mignola desarrollaron la historia de Hellboy (2004) y Hellboy II: El Ejército Dorado (2008), filmes dirigidos por el mexicano, con fotografía de otro mexicano (Guillermo Navarro) y con un estupendo actor de carácter como Ron Perlman (con quien Del Toro ya había trabajado en Cronos y Blade II) en el papel principal.
El primer filme tuvo una buena recepción a secas en taquilla, logrando casi 100 millones de dólares a nivel mundial, pero se convirtió en una de las favoritas de ese año entre los fans y la crítica (81% de aprobación en Rotten Tomatoes, 72 en Metacritic), que aclamó el estilo visual del cineasta tapatío, su inventiva y el humor plasmado en la pantalla. Cuatro años después, Hellboy II superó los números y la aclamación de su antecesora (160 millones de dólares a nivel mundial, 85% de aprobación en RT y 78 en MC).
Si bien nunca fueron películas que alcanzaran los números actuales que consiguen los filmes de superhéroes, hay que recordar que fueron realizadas antes del boom actual de los superhéroes light de Marvel y en una época en la que todavía las cintas tenían que ganarse a pulso su lugar en el gusto del público.
En ese sentido, Del Toro fue un visionario al crear dos de las mejores películas basadas en un superhéroe de cómic, trasladando a la pantalla el espíritu y el aspecto visual creados por Mignola, pero haciéndolos crecer y lucir gracias a su fértil imaginación y estilo visual. Hellboy tuvo éxito en cine, pues, gracias a la pasión y el talento de Del Toro (las historias del trabajo que le costó levantar ambos proyectos son legendarias) y de Perlman, quien hizo suyo por completo al personaje.
Sin embargo, algo pasó después de 2008 que evitó, durante años, que se realizara una tercera parte: la industria del cine cambió y los estudios ya no estaban interesados en soltar dinero para hacer una película acerca de un superhéroe oscuro y poco convencional, como el mismo Del Toro lo expresó en 2015: “El hecho duro es que la película necesita cerca de 120 millones para hacerse y no hay nadie tumbando puertas para dárnoslos. Sería grandioso completar la trilogía, pero la realidad es que no veo a la industria apoyando la idea”.
Sin embargo, entre los múltiples proyectos y agendas saturadas de ambos, Hellboy siempre estuvo latente como una posibilidad. En 2011, durante la Calgary Comic Expo, Mignola declaró que adoraba a Del Toro, pero que había escuchado de éste que no haría Hellboy III. Todavía en enero pasado, Del Toro, a través de Twitter, lanzó una encuesta informal en la que señalaba que si se alcanzaban más de 100 mil votos en un día, se sentaría con Perlman y Mignola para ver la posibilidad de realizar la secuela. La junta se realizó, pero no fructificó. Por ello, el 21 de febrero Del Toro publicó: “Acerca de Hellboy III, lamento reportar. Hablé con todas las partes, pero debo reportar, con 100% de seguridad, que la secuela no se hará. Y eso es el punto final al respecto”, dando por muerto el proyecto de llevar la película a cabo.
Ese mismo día, Mignola publicó en la misma red social: “A pesar de los que mucha gente está diciendo hoy, el que no haya un Hellboy 3 con Guillermo del Toro y Ron Perlman no significa que no exista un futuro para la franquicia de Hellboy”. Y tenía razón, pues apenas el lunes 8 de mayo pasado, anunció lo siguiente: “Ok, aquí algunas noticias. Va a haber otra película de Hellboy. Será un reboot con clasificación R (sólo adultos) dirigido por Neil Marshall (The Descent, Game of Thrones) y el protagonista será David Harbour (Stranger Things) como Hellboy. Más noticias pronto…”.
Sin una sola mención desde entonces para Del Toro o Perlman por parte del creador del personaje, el anuncio de la nueva película causó la molestia de miles de fans que vieron como una deslealtad el anuncio de Mignola, y expresaron que una película sobre el superhéroe en la que no estuvieran ellos dos involucrados, no debería hacerse.
A las críticas se sumó el actor Jeffrey Tambor -ganador del Globo de Oro y dos premios Emmy por su trabajo en la serie Transparent, y quien interpretó en los dos filmes de Hellboy a Tom Manning, director del BPRD-, quien en una serie de tuits criticó a Mignola, a quien llamó desleal, a pesar de que varios colegas le dijeron que mejor guardara silencio.
“Mike, no voy a estar disponible…ah, y por cierto, bien en tu lealtad a Ron y Guillermo, eh? Todo lo que tenías que hacer era expresar una frase agradeciendo a Guillermo, Ron y Doug (Jones). Es puro contexto. Y profesionalismo”, expresó.
Y es que si alguien puso su alma, empeño y corazón para realizar Hellboy, desde el principio, han sido Del Toro y Perlman, por lo que el anuncio de Mignola se siente como una falta de respeto y lealtad no sólo de él, sino del estudio y los productores involucrados, a ambos. Como bien lo señaló Greg Andersson, productor de video de Forbes: “¿No le dan dinero a Del Toro para hacer una película de Hellboy con clasificación PG-13 (adolescentes), pero van a hacer un reboot clasificación R (adultos)? No entiendo”.
Hellboy siempre fue un proyecto de gran pasión para el también director de El Espinazo del Diablo y Pacific Rim, lo cual nos consta a quienes hemos tenido la oportunidad de conocerlo desde hace varios años y platicar con él al respecto. Un reboot o una nueva versión de Hellboy sin él y sin Perlman simplemente es inconcebible. Pero Hollywood es así, desleal y mercenario.
Del Toro tiene en puerta el estreno en diciembre de su nueva película, The Shape of Water, que actualmente se encuentra en postproducción, así como el desarrollo de la segunda temporada de la exitosa serie animada de Netflix, Trollhunters, y varios proyectos más. Pero lo más importante, tiene algo de lo que, aparentemente, carecen Mignola y compañía: clase.
De los llamados “Tres Amigos” del cine mexicano (Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro), el tapatío debió ser el primero en ganar el Oscar, con El Laberinto del Fauno, en lo que fue uno de los grandes robos de la historia en la categoría de Mejor Película Extranjera. Su aportación al cine, su pasión por el mismo, así como su creatividad y don de gentes, lo colocan en un lugar especial no sólo en nuestro país, sino a nivel mundial, donde es respetado y reconocido como un artista completo. Pero esa, como dice el clásico, es otra historia
aarl