Siendo objetivos, ¿cuál es la aportación de Rafael Ochoa y Fernando González a la campaña de Delfina Gómez en el Estado de México?
Más allá de su cercanía con la profesora Elba Esther Gordillo –Ochoa ni siquiera terminó bien su relación con la profesora-, ninguno de los dos personajes se representan más que a sí mismos.
Si existe alguna aportación real a la campaña de la candidata de Morena, es más bien cualitativa, pero no cuantitativa.
Aunque se ha querido ver como una “venganza’’ de Elba Esther Gordillo, en este momento ninguno de los dos personajes tiene ascendencia directa sobre la base trabajadora.
Los maestros que abiertamente han manifestado su adhesión a la candidatura de la morenista son los profesores disidentes de la Sección 36, la misma que encabezó Gordillo en los 80.
Si se sumarán más profesores o no, sobre todo de los llamados del ala institucional, esto está por verse.
Porque mientras se festeja –y especula- sobre la “orden’’ que dio la profesora Gordillo para apoyar a Gómez, por otra parte, el ala que apoya al PRI agrupada en Nueva Alianza, que encabeza Luis Castro, sigue la ruta de operación que se acordó al fijar la asociación.
Y es que Nueva Alianza puede ser el factor decisivo en la elección.
En el año 2015, en las elecciones federales, en el Estado de México, el partido turquesa obtuvo 3.78% de la votación, en tanto que en 2016, en las elecciones municipales, su votación fue de 2.9%.
Esos casi cuatro puntos porcentuales que vale Nueva Alianza en el Estado de México convierten al partido, otrora ligado a la profesora Gordillo, en el fiel de la balanza, si las encuestas que muestran una carrera parejera resultan acertadas.
Ojo, no es que la foto de Ochoa –que hasta el sábado anterior trabajaba con Dante Delgado que lo quiso hacer diputado en 2015 en Veracruz-, González y Gómez no le haya movido el piso a Nueva Alianza.
Pero lo hizo a su favor, porque en breve se podrá ver y oír una campaña cuestionando a Andrés Manuel López Obrador por aceptar el apoyo de Gordillo Morales, a la que tanto criticó por ser una distinguida figura de “la mafia del poder”.
¿O es que AMLO ya calculó que no le alcanza para ganar y ahora tiene que pactar con el Chamuco mismo?
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En Culiacán, Sinaloa, fue asesinado el periodista Javier Valdez, de forma artera.
Y lo que se le ocurre al Gobierno local, encabezado por Quirino Ordaz, es adelantar que una línea de investigación “es el robo” de su vehículo.
¿A quién bajan de su auto y le disparan una docena de veces, dos de ellas en la cabeza, para robarle un auto?
Independientemente de la pérdida de un amigo y colega, Sinaloa y el país perdieron a un profesional cuyo trabajo nos sirvió para informarnos de muchos temas escabrosos relacionados con la delincuencia organizada.
Nunca como ahora, se le va a extrañar.