La supremacía que alcanzó el MP3 en 1990, como formato de codificación de audio digital, ha venido a pique ante nuevas tecnologías, pese a que acabó con el dominio que tenían los CDs físicos.
Pero su reinado fue trastocado en los años 2000, cuando el MP3 fue usurpado por formatos omnipresentes, más nuevos y potentes. Los servicios de streaming y otras plataformas comenzaron a minar su imperio.
A casi dos décadas, se decidió ya no renovar sus patentes de tecnología. El Instituto Fraunhofer de Circuitos Integrados, el organismo de investigación alemán que posee los derechos de MP3, así lo decidió y eso se considera la muerte del formato.
Hace un mes expiró la patente, pero el hecho pasó inadvertido; lo que dio cuenta de lo olvidado que quedó ese formato de audio.
Para (mala) suerte del MP3, éste carece de valor nostálgico, como los discos de vinilo y no ofrece un sonido particularmente único; señalan expertos.
Con información de qz.com
dca