El Festival de Cannes llegó este año a una 70 edición que será recordada por la Palma de Oro que consagró el cine del sueco Ruben Östlund y de Sofia Coppola, pero sobre todo por el vivo debate generado sobre el cine que se hace para televisión, visto como una amenaza y como una oportunidad.
Una edición que, en lo que se refiere a cine, mostró una clara división entre los realizadores que apuestan por el contenido y los que prefieren el estilo, que se reflejó en un amplio palmarés decidido por un jurado presidido por el español Pedro Almodóvar y en las discusiones que reconoció que tuvieron para decidir los premios.
Pero si algo dominó los doce días del certamen fue la polémica iniciada cuando se anunció que en la competición oficial habría dos películas producidas por la plataforma Netflix y que no se estrenarían en salas: “Okja”, de Bong Joon Ho, y “The Meyerowitz Stories”, de Noah Baumbach.
El festival se vio obligado a modificar sus reglas de forma que, desde el próximo año, las cintas que compitan por la Palma de Oro deberán ser estrenadas en las salas francesas.
Y el día de la inauguración, Almodóvar dejó clara su posición con una declaración en la que defendía la magia del cine en salas y aseguraba que sería “una enorme paradoja” que la película ganadora de esta edición no pueda ser vista en una gran pantalla.
Otro miembro del jurado, Will Smith, dijo en tono conciliador que hay espacio para todo, idea compartida por la mayoría de quienes acudieron al festival.
Casi todos aceptan el cambio emprendido en la forma de hacer cine y consideran que no solo hay que asumirlo, sino aprovechar el aumento de oportunidades que ofrece para contar historias.
Tanto es así, que Cannes se rindió al genio de David Lynch y programó en horario prioritario la proyección de los dos primeros episodios de la tercera temporada de “Twin Peaks”.
Y no se trata solo de la televisión, hay otros nuevos medios que los cineastas utilizan para narrar, como el mexicano Alejandro González Iñárritu, que presentó su nuevo y novedoso proyecto, “Carne y arena”, una denuncia del drama de los inmigrantes en realidad virtual.
La inmigración fue además uno de los temas más presentes en las películas del festival.
Como “Sea of Sorrow”, documental en el que la veterana actriz Vanessa Redgrave, que se estrena como directora, viajó a la ‘Jungla de Calais’ (Francia) para dar su visión del problema.
Hubo hueco también para los documentales: el del francés Claude Lanzmann, autor de la aclamada “Shoah”, que llegó a Cannes a sus 91 años con “Napalm”; o el del israelí Amos Gitai, que regresa a Cisjordania en “West of the Jordan River (Field Diary Revisited)”.
Y asimismo, el medioambientalista “Wonders of the Sea 3D”, con la voz de Arnold Schwarzenegger, o “An Inconvenient Sequel: Truth to Power”, con Al Gore luchando por el clima.
En el apartado de estrellas, menos que en otras ediciones -Kidman, Colin Farrell, Robert Pattinson, Julianne Moore, Marion Cotillard, Diane Kruger o Joaquin Phoenix- y también menos cine hispano.
Pero con buen resultado. Con el Premio del Jurado de Una cierta mirada -la segunda sección en importancia de Cannes- para “Las hijas de abril”, dirigida por el mexicano Michel Franco y protagonizada por la española Emma Suárez.
Con dos galardones para el brasileño Fellipe Gamarano Barbosa por “Gabriel e a montanha”, en la Semana de la Crítica, el de filme Revelación y el de la Fundación Gan de ayuda a la distribución.
Y el Premio Descubrimiento Leica Cine, que reconoce a un director innovador, para la española Laura Ferrés por su cortometraje “Los desheredados”, única producción cien por cien española en Cannes.
Las proyecciones se vieron afectadas en ocasiones por los numerosos controles de seguridad, con arcos y registro de bolsos que incrementaron el tiempo de las colas, y por algunos fallos técnicos, como los que provocaron silbidos en el primer pase de “Okja”.
En un año en el que no han trascendido robos a las grandes joyerías, algo habitual hasta ahora, Cannes fue noticia además por haber evacuado temporalmente el Palacio de Festivales por una falsa alarma de bomba.
Y en pleno aniversario, el certamen dejó para el recuerdo una gala histórica, en la que se honró a sí mismo con un elenco irrepetible de directores y actores e hizo repaso a una trayectoria plagada de cine, pero también de escándalos.